Caleta Olivia: fuera de sí, se metió en su propio negocio y lo hizo pedazos
Cuando agentes de la Policía de Santa Cruz llegaron al lugar, les gritó que se fueran. El comercio, un conocido local de cotillón, quedó destruido.
La Policía de Santa Cruz se encontró con una insólita situación en las primeras horas de este martes, en una de las principales calles comerciales de la ciudad de Caleta Olivia.
El comercio de venta de cotillón La Covacha, un conocido local de la ciudad, amaneció con un aspecto desolador: el frente totalmente destruido, vidrios rotos, puertas violentadas y una gran cantidad de mercadería esparcida y dañada en el interior del comercio.
La escena, que parecía dar muestra de un robo con vandalismo, tenía sin embargo otro origen.
Cuando los efectivos de la Policía arribaron al lugar tras el llamado de alerta de los vecinos, fueron recibidos por el propietario del local quien, asomado por la ventana de su vivienda -ubicada en el primer piso, sobre el comercio- les exigió que se fueran de inmediato y afirmó que él mismo había sido el autor de los destrozos.
“Yo arremetí contra mi propio local, no se metan, es mío”, gritó de manera destemplada.
Tras la intervención inicial y ese inesperado recibimiento, el propietario se negó a bajar desde su casa, ya fuera para que lo llevaran a la comisaría o simplemente para dar más explicaciones.
Por tal motivo, los agentes se limitaron a asegurar el lugar y esperar el arribo de familiares, y optaron por no utilizar la fuerza para trasladar al hombre a la comisaría, ni iniciar ninguna actuación al menos hasta confirmar que los dichos del hombre condigan con la realidad.
El local, en ruinas
Según detallaron testigos, la imagen del local era desoladora. Los vidrios de la puerta de ingreso y parte del frente del local estaban hechos pedazos, y también se veía que había sido forzado el picaporte de la puerta de ingreso al comercio.
En el interior, eran evidentes los signos de daños y roturas en gran parte del mobiliario y de la mercadería, con cientos de productos desparramados por el suelo, rotos y arruinados.
En principio, los investigadores descartaron la posibilidad de un robo ya que, más allá del picaporte forzado, no se encontraron otros indicios de que terceros hubieran ingresado sin autorización. Además, no había faltantes de productos o dinero en el comercio.
Caleta Olivia: entre la sorpresa y las incógnitas
Una hipótesis que se barajó fue que el hombre haya podido actuar bajo un estado de intoxicación, posiblemente por alcohol o sustancias estupefacientes, lo que explicaría la aparente irracionalidad de destruir su propio patrimonio.
Hasta el momento, no obstante, no se había dispuesto realizar ningún tipo de análisis que pudiera confirmar o descartar esa posibilidad.
En horas de la mañana se esperaba el arribo de la madre del propietario de La Covacha que, según indicaron vecinos, se encarga habitualmente de atender el comercio.
Todavía en medio de la sorpresa y el asombro por lo ocurrido, los vecinos aseguraron que se trata de un negocio familiar muy conocido y concurrido en Caleta Olivia y algunos, al ser consultados, remarcaron que no tenían conocimiento de que pudiera haber conflictos en la familia propietaria o algún tipo de problema personal que haya podido provocar el extraño incidente.
Te puede interesar...
Dejá tu comentario