Un juez decretó la prisión preventiva domiciliaria para la mujer, sospechada de asestar la estocada. Pero la defensa pone en duda que haya sido ella.
Una mujer quedó bajo arresto domiciliario por 30 días tras un violento episodio registrado en el interior de una vivienda de Gaiman, en Chubut, el último domingo por la noche. En una violenta pelea familiar, su esposo resultó gravemente herido con un elemento punzocortante.
La víctima permanece internada en estado crítico con pronóstico reservado, mientras la Justicia investiga las circunstancias del hecho.
El juez penal Marcos Nápoli dispuso la medida cautelar después de evaluar los planteos del Ministerio Público Fiscal y la defensa pública en la audiencia de apertura de investigación, que fueron claramente contradictorios.
El episodio ocurrió durante una reunión familiar en una casa del barrio Vepam, en la localidad chubutense.Estaban presentes los dos cónyuges y los hijos de la pareja cuando la víctima recibió la estocada en el tórax que le provocó severas lesiones en órganos internos.
El hombre fue sometido a al menos dos cirugías pero continúa hospitalizado en la Unidad de Terapia Intensiva con pronóstico reservado. Su estado de salud es crítico desde el domingo por la noche.
Acusación y dudas
Durante la audiencia, la fiscalía señaló a la esposa del herido como la presunta responsable del ataque con el elemento punzocortante. Sin embargo, el relato de los hechos incluye referencias a peleas previas entre los hijos del matrimonio.
También se mencionó que la acusada había recibido un golpe de puño en el rostro por parte de su pareja minutos antes del episodio, que habría derivado en el apuñalamiento.
El defensor público Sergio Rey, en tanto, rechazó el alcance de la imputación fiscal y planteó dudas sobre la autoría del hecho. "
Si bien no está en duda que el marido de la acusada haya recibido un ataque mediante un elemento corto punzante, ni los acusadores ni tampoco los testimonios adelantados, conducen a determinar con certeza que la mujer es la autora del ataque", argumentó Rey.
La defensa cuestionó la falta de certeza sobre la identidad del agresor, pese a que ya se abrió formalmente la investigación penal preparatoria.
Tras escuchar los argumentos de ambas partes, el juez Nápoli decidió abrir la investigación y dispuso prisión domiciliaria por un mes para la acusada. La medida se basó en los antecedentes del caso ocurrido en la zona de Gaiman Nuevo.
La mujer permanecerá detenida en su domicilio mientras avanza la investigación judicial que busca esclarecer las circunstancias del violento episodio familiar que tiene a un hombre luchando por su vida en terapia intensiva.
Un antecedente en Chubut
En septiembre de 2024, en la causa de un resonante caso similar en Chubut, en el que una mujer asesinó a su marido, la pena fue morigerada por haber sido víctima de maltrato de su pareja.
El crimen ocurrió en la localidad de Tecka el 3 de junio de 2023, donde Luciano Miranda murió apuñalado por su pareja, Violeta Caullán.
En esa ocasión, la fiscal María Bottini y el procurador Carlos Cavallo determinaron que Miranda había ejercido violencia de género durante años, y que esa noche la acusada se defendió ante una agresión.
Sin embargo, tanto la Fiscalía como la Defensa coincidieron en que Caullán se excedió en su defensa, por lo que fue condenada a cuatro años de prisión en un juicio abreviado, tras un acuerdo judicial.
La perspectiva de género
Lo particular de ese caso fue la aplicación de la perspectiva de género para evaluar la responsabilidad de la acusada.
Se determinó que la condenada había actuado en defensa propia, aunque de manera excesiva, considerando los antecedentes de violencia de género en la relación. Los episodios de violencia, agravados por el consumo de alcohol, llevaron a que la justicia comprendiera el contexto en el que ocurrió el crimen.
El fallo fue homologado por el juez Martín O’Connor, quien destacó que la aplicación de la Convención de Belem do Pará y las políticas públicas para erradicar la violencia de género obligan a revisar los paradigmas clásicos de la legítima defensa.
En su análisis, O’Connor señaló que al evaluar estos casos, es esencial considerar la violencia previa sufrida por la mujer y cómo esa historia afecta su percepción de peligro y su reacción frente a una nueva agresión.
En el caso de Caullán, la legítima defensa se justificó en el contexto de violencia que venía soportando, pero se concluyó que el uso de un arma blanca para apuñalar a la víctima implicó un exceso en su reacción defensiva.
Este antecedente podría influir en el proceso judicial que enfrenta la mujer de Gaiman, especialmente si se acredita que la víctima había ejercido violencia de género de manera sistemática, o que el alcohol jugó un papel determinante como desencadenante del trágico
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