Su versión es que la contrataron con la app y la obligaron a conducir bajo amenaza. Un policía declaró que llegó a ir a 160 kilómetros por hora.
Una mujer que -según sostiene- solía hacer viajes de Uber está siendo juzgada en Chubut por su participación en una fuga de película, tras dos robos en chacras de Rawson ocurridos el 28 de septiembre de 2024.
Milagros Soto conducía un Volkswagen Bora en el que escapaban los integrantes de una banda delictiva, hasta que luego de una larga persecución, finalmente fueron interceptados por la Policía en jurisdicción de Trelew.
Soto, madre de tres hijos que se dedica también a la compraventa de indumentaria con un puesto en la feria de la Laguna Chiquichano en esa la ciudad chubutense, sostiene que fue contratada mediante la aplicación de viajes y desconocía las actividades delictivas de sus pasajeros.
Durante el debate judicial se presentaron testimonios de los propietarios de las viviendas que fueron violentadas, agentes de la policía que participaron de la persecución y el operativo de detención, además de informes periciales tanto del sitio donde ocurrieron los robos como del lugar donde se produjo el choque entre el patrullero y el auto de la acusada, que puso fin a la huida.
Un botín valuado en $5 millones
Horacio Monzón, uno de los afectados, fue el primer testigo que declaró en el proceso. El hombre se refirió al impacto emocional que sufrió su familia y detalló que el valor total de lo sustraído alcanzó los cinco millones de pesos.
Según su testimonio, llegó a su domicilio cerca de las diez de la noche de aquel 28 de septiembre, minutos después de consumado el asalto, se sorprendió al encontrar su casa violentada.
Los delincuentes primero habían ingresado a la propiedad de un vecino, quien al detectarlos mediante las cámaras de seguridad alertó inmediatamente a las autoridades.
Jesús Valle, productor agrícola y propietario de la chacra 47, también brindó su testimonio. Fue quien a través de su sistema de videovigilancia observó cómo tres sujetos huían de su establecimiento llevando elementos robados, uno de ellos portando un televisor.
Persecución de Rawson a Trelew
Luego del alerta de una de las víctimas, la persecución policial se inició en la Ruta 7 con dirección a Trelew, continuó por la Ruta Nacional 3 y finalizó en las proximidades del cruce hacia la Base Almirante Zar, donde los prófugos colisionaron a gran velocidad contra un patrullero.
Un efectivo policial declaró que en determinado momento su patrullero circulaba a 160 kilómetros por hora y no lograba alcanzar al Volkswagen Bora.
Finalmente, tras el impacto ya en las calles de Trelew, dos delincuentes huyeron a pie y la conductora fue aprehendida. "Me comenzó a agredir y a putear de todas las formas. Estaba agresiva y enojada. Se quedó adentro del vehículo hasta que llegaron más policías de Trelew", relató el uniformado sobre el momento de la detención.
Luego siguió la requisa del vehículo. La Policía halló numerosos objetos que posteriormente fueron identificados por las víctimas.
Entre los elementos secuestrados se encontraban una billetera, 20.000 pesos en efectivo, perfumes, herramientas mecánicas, televisores, teléfonos celulares, notebook, computadoras, controles remotos, bolsos, mochilas, ropas, electrodomésticos, amoladoras, taladros, cargadores de baterías de celulares y una carpa.
Parte del botín fue abandonado por los ladrones en la zona de chacras y un canal de riego durante la huida. Algunos objetos nunca fueron recuperados, mientras que otros pudieron ser restituidos a sus dueños.
En el proceso también prestaron declaración agentes del Área Criminalística sobre rastros y huellas halladas en las inmediaciones de las chacras donde se produjeron los ingresos ilegales.
La acusación y el argumento de la defensa en Chubut
El fiscal general de Rawson, Leonardo Cheuquemán, considera que la mujer colaboró activamente con su vehículo para la concreción de los robos. Esta hipótesis se sustenta en su conducta al intentar eludir a los patrulleros a gran velocidad y su actitud agresiva hacia los efectivos que la detuvieron tras la colisión.
Se le atribuye el delito de robo agravado por producirse en poblado y en banda en carácter de coautora.
Por su parte, el defensor de la imputada, Facundo Bonavitta, argumentó durante el debate que la mujer utilizaba su automóvil como Uber y que escapó transportando el botín bajo amenaza de los ladrones, sin conocimiento previo de sus actos delictivos.
En el marco del juicio declararon testigos propuestos por la Defensa. Una mujer identificada como María Monteros se refirió a la actividad de traslado de pasajeros que realizaba la acusada y afirmó que, según su conocimiento, ella no tiene vinculación con actividades delictivas.
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