La ciencia lo confirma: tener los pies abrigados ayuda a dormir más rápido
Estudios confirman que el uso de medias o un baño tibio previo al descanso favorecen el inicio del sueño profundo y mejoran su duración.
Dormir bien no siempre requiere pastillas ni tratamientos costosos. Un gesto tan simple como calentar los pies antes de acostarse puede marcar la diferencia. Investigaciones citadas por The Washington Post demostraron que esta práctica puede ser tan eficaz como algunos medicamentos comunes para el insomnio.
El profesor William Wisden, del Imperial College London, incluso la definió como una “medicación natural para dormir”.
Un método sencillo con respaldo científico
El mecanismo es directo: mantener los pies calientes favorece la entrada en el sueño profundo. Se logra con un baño tibio, un remojo breve o el uso de medias. La médica Trisha Pasricha, profesora en Harvard Medical School, destacó que este recurso es accesible, no requiere equipamiento especial y cuenta con evidencia científica sólida.
Varios estudios ubican este método al mismo nivel que suplementos como la melatonina. Entre las opciones recomendadas se encuentran:
-
Tomar una ducha o baño caliente antes de dormir.
Remojar los pies en agua tibia durante algunos minutos.
Acostarse con medias, una alternativa práctica y efectiva.
Estas acciones generan la dilatación de los vasos sanguíneos en los pies, lo que acelera el inicio del descanso.
Lo que dicen los estudios clínicos
La investigación publicada en Nature en 1999 es considerada un punto de referencia: identificó que la dilatación vascular en los pies es el mejor indicador de la rapidez con la que una persona se duerme. Supera, incluso, a los niveles de melatonina en sangre o a la sensación subjetiva de cansancio.
Otro trabajo clínico, realizado en 46 hombres mayores de 60 años, mostró que un baño de pies tibio una hora antes de dormir, sostenido durante seis semanas, mejoró tanto la rapidez para conciliar el sueño como la duración del descanso.
En términos de comparación con fármacos, una revisión citada por The Washington Post señaló que un baño caliente de al menos 10 minutos, entre una y dos horas antes de acostarse, reduce el tiempo para dormir en 9 minutos y mejora la eficiencia del sueño.
Los números son reveladores:
-
La melatonina suele acortar el proceso en 7 minutos.
El zolpidem lo reduce entre 10 y 20 minutos.
Así, el beneficio de calentar los pies se ubica en un rango muy similar al de estas medicaciones.
El papel de la temperatura en el descanso
El efecto se explica por la regulación térmica del cuerpo. Al calentar la piel de pies y manos, los vasos sanguíneos se dilatan, lo que facilita la pérdida de calor desde el núcleo corporal. Ese enfriamiento interno resulta clave para iniciar y sostener el sueño profundo.
El especialista Wisden remarcó: “Tener la piel caliente, especialmente en manos y pies, induce somnolencia”. Sin embargo, advirtió que el momento es fundamental: el calentamiento debe realizarse poco antes de dormir. Un baño caliente a media tarde no genera el mismo resultado.
El entorno también es determinante. La National Sleep Foundation recomienda mantener la habitación entre 15 y 19 °C. A esto se suma la variación en las preferencias individuales: por lo general, las mujeres se inclinan por ambientes más cálidos.
El uso de capas —pijamas, mantas o medias— permite ajustes durante la noche. Es común que las personas se tapen o destapen según el nivel de calor, un mecanismo natural para sostener el equilibrio térmico y alcanzar un descanso reparador.
Precauciones con ciertos medicamentos
No todo combina con esta práctica. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como ibuprofeno o aspirina, pueden contrarrestar sus beneficios. Estos fármacos provocan la constricción de los vasos sanguíneos, dificultan la pérdida de calor y, además, reducen la producción de melatonina.
Por eso, algunos especialistas aconsejan consultar con un médico para evaluar alternativas, como el acetaminofén, que no interfiere en el sueño de la misma manera.
Te puede interesar...
Dejá tu comentario