La organización tenía tres cuarteles truchos en Buenos Aires y pedía dinero en la vía pública. Secuestraron más de 20 mil medicamentos, muchos vencidos.
Una investigación judicial logró desbaratar a una banda que simulaba ser parte de los cuerpos de bomberos para recaudar dinero y traficar medicamentos. Los estafadores montaban puestas en escena durante incendios para ganar visibilidad, pedían contribuciones en semáforos y operaban desde tres falsos cuarteles.
En los allanamientos se secuestraron más de 20 mil remedios, varios vencidos y de venta controlada. “Movían millones”, aseguró uno de los investigadores del caso.
El modus operandi de los bomberos falsos
Los estafadores, vestidos de bomberos, llegaban al incendio a bordo de dotaciones o vehículos de auxilio. Mientras que profesionales de la Policía de la Ciudad combatían el fuego, ellos bajaban las tablas rígidas, se ponían el casco, las protecciones, sacaban las mangueras y se acercaban al lugar. Una vez allí, se sacaban fotos, guardaban todo y se retiraban.
De esa manera operaba la banda de falsos bomberos que fue desbaratada esta semana por la División de Investigaciones Especiales de la Policía de la Ciudad luego de varios allanamientos en lugares donde simulaban tener cuarteles.
En el marco de la causa fueron detenidas 29 personas que simulaban ser bomberos voluntarios. Dirigidos por al menos tres “jefes de cuerpos”, estos sospechosos pedían donaciones de dinero en semáforos con el argumento de colaborar para la compra de elementos para asistir a los incendios.
Una estafa millonaria
Según consignó Clarín, los integrantes de la banda “movían millones” de pesos. Además de pedir dinero en las esquinas de distintos barrios como Mataderos, Parque Avellaneda o Villa Lugano, los falsos bomberos tenían QR de billeteras virtuales para quienes realizaban un aporte por esa vía.
También realizaban colectas para la compra de ambulancias o autobombas. Muchas habían sido donadas de otros cuarteles de la provincia de Buenos Aires o localidades del interior. La mayoría habían sido donadas desde Estados Unidos, pero no estaban en funcionamiento.
"Muchas estaban fuera de funcionamiento. Hubo que hacerle puente para cargar las baterías para que puedan prenderse", explicó un detective.
Los falsos bomberos operaban en cuarteles sin habilitación. El único con acceso al público estaba ubicado en el Barrio 31 de Retiro y eran contenedores. Allí fueron detenidos dos hombres y una mujer.
En el lugar se secuestró un Ford Escort con prohibición para circular, un motocarro, una bicicleta y elementos típicos de bomberos, como cascos, pantalones, botas, arneses, cuerdas, tablas rígidas, un muñeco de RCP y kits de primeros auxilios.
Otro de los “cuarteles” donde guardaban las ambulancias, dotaciones y distintos elementos estaba dentro del predio de un laboratorio, en Villa Lugano.
El tercero estaba emplazado en el barrio Cildañez, en Parque Avellaneda, en el interior de una iglesia. Allí se detuvo a un hombre y secuestró una escalera metálica plegable, calcomanías, tarjetas de comercios, zapatos, botas impermeables, pantalón y remeras con la inscripción “Bomberos, Incendio, Rescate”.
“Los cuarteles no estaban habilitados y los bomberos deben estar en una nómina de Defensa Civil como bombero voluntario, cosa que no ocurrió”, expresó la fuente consultada.
Los remedios secuestrados
Cuando los detectives de la Policía de la Ciudad realizaron el allanamiento en el falso cuartel de Villa Lugano, ubicado en la calle Piedra Buena al 3200, se encontraron con más de 20 mil medicamentos, de los cuales siete mil estaban vencidos.
Un investigador precisó que el 70% de esos comprimidos eran de la droga “Sildenafil”, la misma con la que se produce el Viagra, que no es de venta libre.
“Según los acusados, los medicamentos eran una donación de un laboratorio. Dijeron que eran una medicación que se iba a donar a clubes de jubilados porque se utiliza para problemas cardíacos. Son medicamentos que son vendidos bajo receta. es posible que todo sea una pantalla para venderlos”, explicó el investigador.
El inicio de la investigación
Durante un incendio en septiembre de 2021 en Barracas ocurrió un hecho inédito que alertó a los investigadores. Dos cuarteles de bomberos se pelearon durante el siniestro para dirimir quién intervenía en el hecho. Allí se denunció la presencia de un cuartel trucho donde posteriormente se hizo un allanamiento y se detuvo a cuatro personas.
El accionar de esta banda de estafadores fue investigado por la fiscal Celsa Ramírez, a cargo de la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas N°35 -Especializada en Delitos Complejos-; y el fiscal Federico Tropea, de la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas N°15.
Además de los allanamientos en los falsos cuarteles se realizaron procedimientos en los que fueron detenidas varias personas mientras pedían donaciones en la vía pública.
Como resultado de estos procedimientos se incautaron 870.000 pesos, 1.635 folletos, 15 credenciales, 86 cascos y 6 extintores de plástico, junto con camisas, calcos, camperas, buzos, varios posnets para cobros digitales y otros elementos.
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