Revelan los 3 artículos de baño que nunca se deberían compartir, según un estudio
Mantener estos objetos como estrictamente de uso personal es clave para evitar riesgos a la salud y conservar la higiene.
Compartir determinados objetos personales puede parecer una práctica inofensiva. Sin embargo, detrás de esto, se esconden serios riesgos para la salud. Distintos estudios demostraron que en algunos artículos de baño, especialmente aquellos de higiene, acechan virus, bacterias y hongos. Y prestárselos a otra persona ayuda a la propagación e incrementa el riesgo de infecciones, incluso en el ámbito doméstico.
Entre los objetos que no se recomiendan compartir se encuentran:
- las toallas y toallones,
- los cepillos de dientes
- y las máquinas de afeitar.
Según reveló una investigación de la especialista Thea van de Mortel, de la Universidad Griffith, los diversos patógenos que están en contacto con estos artículos pueden sobrevivir desde horas hasta años en distintas superficies del baño. Y particularmente las personas con un sistema inmunológico comprometido son particularmente vulnerables a infecciones desencadenadas por la transferencia de estos microorganismos.
Compartir toallas, un riesgo de bacterias y hongos
Las toallas son elementos de uso cotidiano que, debido a su función, están en contacto constante con la piel. Y compartirlas facilita la transmisión de bacterias y hongos. Cuando una persona se seca, la toalla retiene humedad y se convierte en un ambiente ideal para el crecimiento de microorganismos. Esta situación es especialmente preocupante en regiones del cuerpo que son propensas a infecciones, como los pies (tinea), las axilas y otras áreas donde la piel está dañada o irritada.
Las toallas también son un vehículo para bacterias que llevan a infecciones más serias. Por ejemplo, el Staphylococcus aureus, una bacteria que causa infecciones cutáneas, puede transferirse a través de toallas compartidas. La investigación, citada por Study Finds, hace mención a un brote de infecciones por Staphylococcus aureus resistente a antibióticos en estudiantes de fútbol americano en Estados Unidos. Los deportistas que compartían toalla tenían ocho veces más probabilidades de contraer la infección.
Además de las bacterias, el uso compartido de toallas también propaga virus, como el del resfriado o la gripe, facilitando su transmisión de una persona a otra, lo que aumenta el riesgo de enfermedades contagiosas.
Cepillos de dientes, el camino a infecciones en la boca y los dientes
Destinado a mantener la higiene bucal, el cepillo de dientes pierde su principal objetivo cuando se comparte, ya que facilita la transmisión de bacterias y otros microorganismos entre individuos a través de restos de sangre y saliva.
La boca alberga una variedad de bacterias que forman parte de la flora bucal normal. Sin embargo, al compartir un cepillo, se introducen bacterias patógenas que pueden causar caries, enfermedad periodontal y otros problemas de salud bucal, como el contagio de hepatitis C, el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1), que causa herpes labial, y el virus de Epstein-Barr, responsable de la mononucleosis infecciosa. También están contaminados con bacterias como estafilococos, E. coli, Pseudomonas y con el VHS-1 en cantidades suficientes para causar infección.
La solución para evitar estos problemas es simple: cada persona debe usar su propio cepillo de dientes, que debe ser reemplazado cada tres meses o antes si las cerdas están desgastadas. Además, es esencial mantener los cepillos secos y guardarlos en un lugar limpio para evitar la proliferación de bacterias.
Máquinas de afeitar, el peligro de contagios cutáneos
Las máquinas de afeitar generan microcortes en la piel. Y al compartir este objeto, se abre la posibilidad a la entrada de patógenos y la transmisión sanguínea de enfermedades. Las cuchillas pueden contener restos de sangre, piel muerta y otros fluidos corporales portadores de virus y bacterias. Por ejemplo, existen riesgos asociados con la transmisión de infecciones cutáneas como el impétigo o, en casos más graves, enfermedades transmitidas por la sangre, como el VIH y la hepatitis.
Las pequeñas cortaduras que ocurren durante el afeitado son puntos de entrada para estos patógenos, aumentando el riesgo de infección. Además, el afeitado con una máquina que ya fue utilizada por otra persona lleva al desarrollo de irritaciones cutáneas, inflamación o alergias, convirtiendo una práctica de cuidado personal en un problema de salud.
Para evitar estos riesgos, es recomendable que cada persona tenga su propia máquina de afeitar y que esta sea bien mantenida. Las cuchillas deben ser desechadas después de un número recomendado de usos, y se deben usar productos de limpieza adecuados que aseguran la higiene de la máquina.
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