Hoy es el día de uno de las comidas preferidas de los argentinos. Cómo preparar la receta original de este clásico que conquistó todos los paladares.
El día de la papa frita se conmemora cada 20 de agosto en todo el mundo. Aunque se desconoce quién es el autor y cuál fue el motivo de esta iniciativa, hay motivos suficientes para celebrar a uno de los acompañamientos favoritos de muchos platos.
Si bien no existe un consenso sobre el origen de las papas fritas y las circunstancias en que nacieron, varios especialistas de cocina coinciden en que la autoría de la receta es europea. Sin embargo, datos como el lugar y el momento de la primera vez que alguien las hizo, cambia según quién cuente la historia.
Mientras los franceses se adjudican con orgullo la invención del plato, los belgas también reclaman su autoría. A fines del siglo XVIII sobre el Pont Neuf, en pleno corazón de París, se instalaron los vendedores de papas fritas que las elaboraban a la vista de sus clientes dentro de braseros y sartenes.
Una de las grandes diferencias que se encuentran en las papas -entre ambos países -es su forma de cocción. En Bélgica, las papas se cocinan en dos etapas: en aceite y con grasa. Mientras que los franceses utilizan para su cocción sólo aceite. Luego queda sólo pensar en el aderezo: ketchup, mostaza, mayonesa o provenzal. Las variables son muchas y las hay de todo tipo.
Aún así, una parte de la receta es necesariamente americana. Es que estos tubérculos que se adaptan a cientos de recetas en todo el mundo provienen, en realidad, de los altiplanos andinos de Bolivia y Perú. Su cultivo se ubica entre el 8000 y el 5000 a. C. y su producción fue, junto con la del maíz, la base de la alimentación de los pueblos precolombinos.
No existen datos históricos específicos sobre por qué se escogió esta fecha. Igualmente, la jornada se ha popularizado para rendir homenaje a este popular acompañamiento culinario. Se desconoce quién decidió proclamar a este día como de la papa frita, la fecha quedó instaurada en el inconsciente colectivo.
La llegada de esta popular comida a la Argentina
La papa frita llegó a la Argentina a fines del siglo XIX con la influencia de la inmigración europea, especialmente la española y la italiana. Aunque la papa ya se cultivaba en la región andina, la costumbre de freírla en aceite y servirla como guarnición fue introducida por estas comunidades. A comienzos del siglo XX empezó a ganar espacio en cafés, bodegones y bares, volviéndose un acompañamiento ideal en hamburguesas y milanesas.
Durante la segunda mitad del siglo XX, las papas fritas pasaron a ser habituales en las casas y también comenzaron a producirse de forma industrial en versiones como las papas chips. Hoy forman parte de la identidad gastronómica argentina y son consideradas un clásico infaltable en la mesa nacional.
Con gran popularidad se comenzó a adoptar la papa frita sobre todo con la llegada de la comida rápida. Una referencia emblemática fue la cadena Pumper Nic, inaugurada en 1974 y cerrada en 1999, fue pionera en llevar papas fritas en formato de comida rápida a los argentinos.
¿Cómo hacer la papa frita perfecta?
- Luego de pelarlas y cortarlas dejarlas en remojo en agua fría para que suelten almidón. Esto hará que al freírlas salgan más crocantes.
- Dejar que se escurran y oreen en un repasador.
- Para cocinarlas, el aceite tiene que se abundante y la temperatura bien caliente. Una vez en el aceite no se revuelven pero si se mueven para evitar que se peguen.
- Una vez cocidas, ponerlas en un recipiente amplio, para que no se junten y queden blandas.
- No salarlas calientes porque la sal hace que liberen líquidos y pierdan crocantez.
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