El Supremo Tribunal Federal lo halló culpable de liderar una organización criminal que buscó impedir la asunción de Lula da Silva en 2023.
El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil dictó este jueves una sentencia histórica: el expresidente Jair Bolsonaro fue condenado a 27 años y 3 meses de prisión por su responsabilidad en la trama golpista que intentó evitar la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva tras las elecciones de 2022.
El fallo, alcanzado por mayoría de votos en la Primera Sala del tribunal, marca un hito en la democracia brasileña y deja a la figura más influyente de la ultraderecha del país frente a un futuro judicial sin salida.
La decisión fue adoptada por cuatro jueces contra uno. La mayoría estuvo integrada por Cristiano Zanin, Alexandre de Moraes, Cármen Lúcia y Flávio Dino. En disidencia se ubicó Luiz Fux, quien sostuvo que el proceso no debía tramitarse en esa instancia. Con este resultado, Bolsonaro no podrá apelar ante el pleno del STF, lo que convierte la sentencia en firme.
El voto decisivo fue de Zanin, presidente de la Primera Sala y exabogado de Lula da Silva. En su argumentación, aseguró que “las pruebas permiten concluir que los acusados pretendían romper el Estado democrático de derecho e instaurar un régimen autoritario encabezado por el expresidente”.
Un plan que se gestó durante años
La Fiscalía General de Brasil había detallado que la conspiración comenzó a gestarse en junio de 2021, cuando Bolsonaro intensificó sus ataques al sistema electoral. Desde entonces, organizó discursos, reuniones y campañas en las que intentó instalar la idea de que habría fraude en los comicios.
Con la derrota en las urnas frente a Lula, en octubre de 2022, ese plan se transformó en acciones concretas: protestas frente a los cuarteles, pedidos de intervención militar y atentados frustrados. Todo desembocó en los hechos del 8 de enero de 2023, cuando miles de seguidores irrumpieron en el Congreso, el Palacio de Planalto y el propio STF en un ataque que paralizó al mundo.
Una red de poder en la mira
La condena no se limitó al expresidente. Junto a él, fueron encontrados culpables varios de sus colaboradores más cercanos y figuras de peso en las Fuerzas Armadas y el gabinete ministerial. Entre ellos se encuentran:
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Alexandre Ramagem, exdirector de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN).
Almir Garnier, excomandante de la Marina.
Anderson Torres, exministro de Justicia.
Augusto Heleno, exjefe de Seguridad Institucional.
Mauro Cid, exayudante de campo y testigo clave en la investigación.
Paulo Sérgio Nogueira, exministro de Defensa.
Walter Braga Netto, exjefe del Estado Mayor y candidato a vicepresidente en 2022.
El fallo sostiene que todos integraban una “organización criminal jerárquica y armada”, cuyo propósito era desconocer los resultados electorales y mantener a Bolsonaro en el poder por la fuerza.
Reacciones en Brasil
La sentencia provocó reacciones inmediatas en todo el espectro político. Desde el oficialismo, legisladores del Partido de los Trabajadores celebraron el fallo y lo calificaron como “una victoria de la democracia y el Estado de derecho”. Por el contrario, los dirigentes bolsonaristas denunciaron una “persecución judicial” y sostuvieron que el expresidente es víctima de un tribunal “parcializado”.
En las calles, simpatizantes de Lula organizaron concentraciones en apoyo al STF, mientras que seguidores de Bolsonaro convocaron protestas en varias ciudades. Las fuerzas de seguridad reforzaron la vigilancia en Brasilia para evitar disturbios similares a los del 8 de enero de 2023.
El futuro de Bolsonaro
Con 70 años, el líder ultraderechista enfrenta la perspectiva de pasar el resto de su vida tras las rejas. Su condena a 27 años y 3 meses de prisión lo deja automáticamente fuera de la escena electoral, cerrando cualquier posibilidad de volver a disputar la presidencia.
Bolsonaro había buscado proyectarse como jefe de la oposición tras su regreso de Estados Unidos en 2023. Sin embargo, este fallo representa un golpe devastador a su carrera política. Aun así, analistas advierten que el bolsonarismo como movimiento social y electoral seguirá siendo un actor de peso en Brasil, aunque ahora sin su principal referente en libertad.
Un precedente para la región
La condena al expresidente brasileño no tiene antecedentes en América Latina. Se trata de la primera vez que un exmandatario es sentenciado por intentar quebrar el orden democrático y aferrarse al poder mediante un golpe. El fallo envía un mensaje contundente: ninguna figura política, por poderosa que sea, está por encima de la Constitución.
Para Lula da Silva, la decisión del STF fortalece su gobierno y le da un respaldo institucional clave en medio de un contexto político polarizado. Para Bolsonaro, en cambio, significa el ocaso definitivo de su trayectoria y la certeza de que los próximos años los pasará en una celda.
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