Javier Milei presentó la reforma del Código Penal con un fuerte mensaje de "tolerancia cero"
El presidente lanzó el proyecto en Ezeiza, acompañado por Patricia Bullrich, y aseguró que la iniciativa busca penas más duras, procesos judiciales más rápidos.
En un acto realizado frente al Complejo Penitenciario de Ezeiza, Javier Milei anunció oficialmente el envío al Congreso de la Nación del nuevo proyecto de reforma del Código Penal. Con un discurso cargado de énfasis en la seguridad pública, el presidente afirmó que el país necesita un marco legal más estricto para enfrentar el delito y prometió que, si se aprueba, “la Argentina será un lugar más seguro para todos los ciudadanos”.
El jefe de Estado estuvo acompañado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien respaldó la iniciativa como parte de una estrategia integral contra la delincuencia. Milei sostuvo que “el orden es la base del crecimiento” y aseguró que el Gobierno avanzará con una política de “tolerancia cero” frente al crimen. “El que las hace, las paga”, insistió el presidente, marcando uno de los ejes principales de la reforma.
El mandatario recordó que su administración ya aplicó medidas en ese sentido: la prohibición de los piquetes que bloqueaban las calles, operativos contra el narcotráfico y la modernización de las fuerzas de seguridad. Según indicó, esas acciones contribuyeron a reducir la tasa de homicidios a nivel nacional, aunque señaló que todavía falta mucho por hacer.
Milei cuestionó lo que denominó “años de garantismo” en la Argentina, a los que responsabilizó por haber limitado la tarea de policías, fiscales y jueces. Según el presidente, esas políticas “ataron de manos al sistema judicial” y generaron un clima de impunidad que debe revertirse. “Necesitamos un marco legal que proteja a las víctimas y no a los delincuentes”, enfatizó.
El detalle de la reforma
El proyecto ingresará al Congreso en los próximos días y plantea un endurecimiento generalizado de las penas, la eliminación de beneficios para los condenados y la implementación definitiva del sistema acusatorio, que otorga un rol central a los fiscales en la investigación y deja a los jueces como árbitros imparciales.
Entre las modificaciones más destacadas se encuentra la elevación de las condenas en delitos graves. Por ejemplo, el homicidio simple pasará de 8-25 años a un rango de 10-30 años, mientras que el homicidio agravado mantendrá la perpetua, pero incorporará nuevas circunstancias como agravantes, entre ellas cuando la víctima sea un menor de edad o un adulto mayor.
Las lesiones también tendrán un castigo mayor: las consideradas leves podrán llegar a tres años de prisión, mientras que las ocasionadas por conducción imprudente alcanzarán hasta seis. En tanto, delitos como la pornografía infantil, la trata de personas, el abuso de armas y el robo en distintas modalidades verán aumentos significativos en los mínimos y máximos de pena.
El documento también prevé sanciones más severas para los delitos contra la administración pública, como el cohecho y el falso testimonio, y eleva las penas por amenazas, usurpaciones y estafas. Se incorporan, además, figuras específicas como los robos cometidos por “motochorros” y las agresiones en manifestaciones, con penas agravadas cuando los ataques estén dirigidos a funcionarios o miembros de las fuerzas de seguridad.
Un capítulo especialmente controvertido es el que establece la reducción de la edad de imputabilidad de 16 a 13 años. El Ejecutivo fundamenta esta decisión en que los adolescentes a esa edad ya comprenden la criminalidad de sus actos y, según Milei, la legislación actual favorece su incorporación a bandas delictivas que se aprovechan de su inimputabilidad.
El debate en el Congreso
En su discurso, el presidente llamó a los legisladores a respaldar el proyecto y sostuvo que “es hora de ponerse del lado de las víctimas”. Milei hizo un guiño al proceso electoral de octubre al remarcar que la aprobación o el rechazo de la reforma dependerá de “quiénes ocupen las bancas del Congreso”.
“Si logramos aprobar estas reformas, quienes delinquen la van a pagar en serio y los argentinos podrán vivir en libertad y en paz”, dijo el mandatario, que convirtió la presentación de la reforma en una plataforma política de cara a la campaña.
El proyecto abre un debate intenso: por un lado, sectores que reclaman mayor firmeza frente al delito celebran el endurecimiento de penas y la agilización de procesos. Por el otro, organizaciones de derechos humanos y especialistas en derecho penal advierten que el aumento de las condenas no necesariamente reduce el delito y cuestionan la baja en la edad de imputabilidad.
Lo cierto es que la reforma del Código Penal, una deuda pendiente desde hace décadas en la Argentina, ingresa ahora en el centro de la agenda parlamentaria y promete ser uno de los temas más discutidos en las próximas semanas.
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