La colectividad galesa de Trevelin recuperó los narcisos, la flor nacional del País de Gales, que los colonos habían traído en el siglo XIX y se fueron perdiendo.
Sobre la Ruta Provincial N° 17 de Chubut, a unos 20 kilómetros de la localidad de Trevelin, durante unas pocas semanas hay campos de flores amarillas que compiten en belleza con los ya famosos tulipanes.
Se trata de los campos de narcisos, una flor que se sumó este año -ya que se trata de un nuevo cultivo-, en el camino que va hacia el sur y conduce de Trevelin hacia Corcovado.
“Mi emprendimiento se llama Ruta 17”, cuenta María Alejandra “Pecas” Jones, una de las impulsoras de los narcisos chubutenses, la flor que en idioma galés se llama “daffodill”, que es la flor nacional de Gales y representa “el orgullo, la renovación y la identidad”.
La conexión entre Chubut y Wrexham
El proyecto se pudo llevar adelante a partir de las conexiones con la “madre patria” y, principalmente, con la ciudad de Wrexham. David Mardones, sobrino de María Alejandra, logró que un trabajador de turismo galés llamado Peter Howell iniciara una campaña solidaria juntando dinero para poder comprar bulbos.
Con esa ayuda, se sembraron los primeros bulbos -más de 2.500- de cuatro variedades diferentes. "La idea y mi deseo es que el día de mañana sea media hectárea o una hectárea llena de narcisos para poder mostrarlos", dice Pecas.
La floración del narciso es fugaz, por lo el período para disfrutar del espectáculo es acotado. La zona alta donde se encuentra la plantación hace que florezcan un poco más tarde por lo cual “van a estar florecidos hasta fin de mes, si Dios quiere”.
Junto a la plantación está el Museo Intercultural Rancho Viejo, instalado en una de las construcciones más antiguas del lugar, donde se exhiben objetos de época, incluyendo herramientos y vestimentas. La estructura rescata y preserva la cultura de los colonos galeses que desembarcaron hace 160 años en Puerto Madryn y se asentaron en la región, manteniendo intactos tanto el tipo de construcción característico de la época como los elementos y mobiliario originales.
Una flor que anuncia la primavera
Entre los narcisos, los visitantes pueden caminar por senderos especialmente diseñados para no dañar las plantaciones, permitiendo una inmersión total en la naturaleza y la posibilidad de obtener fotografías espectaculares.
"Yo desciendo de galeses y hace ya mucho tiempo tenía un anhelo de hacer una plantación de narcisos porque es un símbolo de la colectividad galesa", cuenta Jones.
La flor amarilla solía adornar los jardines de los primeros pobladores pero se fue perdiendo con el tiempo. El objetivo, ahora es hacerla resurgir “y mostrarla, mostrarla al mundo como uniendo y fortaleciendo esos lazos entre Gales y la Patagonia".
"Es un bulbo muy rústico, por eso se dice que es como un símbolo de los nuevos comienzos, porque después de haber pasado un duro invierno, de repente florece uno y vos decís 'wow llegó la primavera'", explica la emprendedora.
El bulbo debe permanecer cuatro meses bajo tierra, recibiendo el frío, las heladas y la nieve del invierno para fortalecerse. Es, en esencia, "la flor que te da esperanza, que ya termina ese invierno".
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