“No perdemos las esperanzas”, dijo la hija de Pedro Kreder, desaparecido junto a su pareja Juana Morales. La familia busca ayuda para llevar los animales al lugar.
A 16 días de la desaparición de Pedro Kreder y Juana Morales, los jubilados de Chubut que salieron de camioneta de Comodoro Rivadavia rumbo a Camarones y no volvieron a ser vistos, la búsqueda sigue sin resultados. Este lunes 27 de octubre, la familia del hombre impulsa una nueva estrategia para ampliar el operativo: sumar caballos criollos que permitan recorrer a fondo la zona rural donde se realizan los rastrillajes.
Gabriela Krieger, hija de Pedro, contó que el nuevo recurso fue gestionado por ellos mismos y que todavía enfrentan dificultades para ponerlo en marcha. “Conseguimos una persona que muy amablemente nos va a facilitar los caballos”, explicó este lunes en diálogo con ADNSUR.
La mujer aseguró que el objetivo es reforzar el trabajo en el terreno, ante la complejidad del área donde se perdió el rastro de los jubilados. “No perdimos las esperanzas y seguimos con las expectativas de que aparezca una pista para encontrar a papá y a Juana”, expresó.
Según detalló, “de momento habían solicitado seis caballos, y un rescatista que llegó desde Neuquén trajo su propio animal, así que serían siete”. Además, comentó que “hay gente que se ofreció para colaborar con más caballos”, aunque aclaró que la decisión sobre su utilización dependerá del jefe de la brigada a cargo del operativo.
La policía montada no puede trasladar los caballos
"Estamos con la dificultad del traslado, así que estamos viendo de conseguir alguien que tenga un camión para poder transportar los caballos. Estoy en esa tarea en este momento", reveló Gabriela, quien remarcó que la Policía Montada de Chubut no cuenta con medios para llevar a los animales hasta la zona de búsqueda.
“Así que apelamos a la solidaridad de la población y de la gente que pueda disponer de un medio de transporte para poder trasladarlos en el día de hoy y no seguir demorando ese rastrillaje a caballo que pueda arrojar resultados certeros o nos permita encontrar alguna pista recorriendo el campo”, señaló.
La mujer destacó la ventaja que podría ofrecer este recurso en comparación con otros más tecnológicos: “Desde los caballos es más fácil ver cualquier cosa que, por ahí, desde el dron o incluso un helicóptero”, aseguró.
Apoyo de un rescatista neuquino
Gabriela también se refirió a la presencia de Luis Zúñiga, un rescatista que llegó desde Neuquén para colaborar. “Sabemos que en la zona también está Luis Zúñiga, que es el rescatista que viene de Neuquén, y él está empezando a moverse por el lugar y buscando alguna pista que pueda conducirnos hacia ellos”, explicó.
Además de los caballos, la familia evalúa la posibilidad de incorporar drones subterráneos, capaces de captar imágenes o señales que no se perciben a simple vista. “Sé que estaban en gestión para conseguirlos”, añadió.
Respecto al uso de helicópteros, aclaró que no se descarta volver a utilizarlos. “Entiendo que, si es necesario, se va a recurrir. En el día de hoy deberían hacer un rastrillaje; desconozco cómo está la gestión porque esto es una gestión diaria: cada vez que se solicita, se gestiona”, precisó.
El viernes pasado se siupo que los vuelos con las aeronaves que se realizqaron hasta ese moemnto no podían sostenerse de manera permanente por los costos que implica. Además, el Ejército había prometido aportar un helicóptero, pero después de las quejas desde la provincia por el cobro del combustible de algunos medios de transporte que aportó no se volvió a mencionar el tema.
La fe y la esperanza intactas
Pedro Kreder y Juana Morales salieron el viernes 11 de octubre desde Comodoro Rivadavia rumbo a Camarones, con la idea de realizar un viaje breve por la Ruta N°1. Sin embargo, desde ese día no se volvió a saber de ellos. El viernes 17 de octubre, su camioneta fue hallada en una zona inhóspita, a unos 70 kilómetros de Caleta Córdova, sin señales que aporten a su paradero.
La última imagen del vehículo, una camioneta modelo 2014, fue registrada por una cámara de seguridad el sábado 11, cerca de las 09:50, en el barrio Caleta Córdova.
Gabriela reconoció que, pese al tiempo transcurrido, la familia sigue sin certezas. “Seguimos como cuando empezamos, pero con la desventaja de todos estos días que han transcurrido. Uno mantiene la esperanza hasta el último minuto, pero hay que ser realistas también y entender que las personas tenemos nuestras limitaciones y, en el caso de ellos, la edad era un tema que hay que tener en cuenta. Nosotras mantenemos intacta la fe y la esperanza de que aparezcan y con eso nos movemos”.
Sobre la hipótesis de que la pareja podría haber caído en un sumidero, señaló que “no se abandona esa idea”. “La brigada y la gente que está en la búsqueda siguen creyendo que podrían llegar a estar por ahí. Yo, honestamente, lo dije desde el primer momento porque conocemos a papá. Y lo sigo sosteniendo: para mí, mi papá nunca llegó manejando la camioneta hasta ahí”.
“Y porque lo conozco y porque sé lo prudente que es y porque sé que nunca hubiese puesto en riesgo ni su vida ni la de Juana, ni tampoco hubiese arriesgado su camioneta, que le costó un montón tenerla. Hay muchas cosas que hubiesen evitado que papá se metiera en ese lugar manejando él solo, por sus propios medios”, concluyó.
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