Juicio a un empresario de Santa Cruz que mató a un joven: ¿entregó como prueba una foto hecha con IA?
Dijo ante los jueces que actuó en legítima defensa cuando la víctima fue a matarlo. Y presentó una imagen que la familia del fallecido dice que es falsa.
Este jueves arrancó en la Cámara Oral de Río Gallegos el debate del juicio oral contra un empresario del rubro automotor por el homicidio de Franco Cuevas, asesinado en junio de 2023 en el interior de la concesionaria Oasis, ubicada en el barrio Del Carmen de esa ciudad, en un caso que tiene una disputa por un terreno ocupado como trasfondo y divide opiniones en Santa Cruz, en torno a el derecho de defensa de la propiedad y los excesos de la justicia por mano propia.
El local donde ocurrió el hecho pertenece a Roberto Neil, quien está acusado de haber matado al joven de un disparo. En la primera jornada del debate, el imputado sostuvo frente a los jueces lo que dijo desde el primer momento: que obró en legítima defensa. Y acusó a Cuevas de haber planeado asesinarlo. "Me defendí, me iban a matar", afirmó el hombre sobre el que pesa la posibilidad de una eventual condena por homicidio agravado.
Acaso el hecho más relevante del inicio del juicio es que -según consignó La Opinión Austral- durante su declaración Neil se refirió a una fotografía en la que se ve a Cuevas portando un arma de fuego. Su defensora se la entregó a la jueza Vila como elemento de descargo.
Sin embargo, los familiares del joven asesinado sostienen que la imagen fue generada con inteligencia artificial, lo que instaló una nueva controversia en medio del proceso judicial.
La defensa del empresario insiste en que la imagen es auténtica y que demuestra las intenciones de Cuevas el día del hecho: matar al acusado.
Lo cierto es que, en un caso en el que -más allá de polémicas- llegar a la verdad con pruebas fehacientes aparece como un importante desafío, la fiscal Zuvic suma otra tarea compleja: deberá determinar, como parte de su investigación, la veracidad --o no- de esa fotografía .
"Me cagaron la vida"
A pedido de la acusadora, Neil reconstruyó ante el tribunal el momento del enfrentamiento que terminó con la vida de Cuevas. Según su versión, todo ocurrió en un pasillo estrecho de apenas 90 centímetros de ancho, adentro de su local.
"Cuando él viene, me meto a la altura de la puerta para poder cerrar y le digo 'Andate, no quiero tener problemas'. Él se acerca y pensé que iba a sacar un cuchillo, pero cuando veo, no era un cuchillo: era un arma. Ahí me le abalanzo porque justo cae el perro entre los dos; entonces él saca el arma, yo trato de agarrarlo y ahí se produce la primera explosión. Fue todo muy rápido", relató.
El acusado describió que hubo un forcejeo violento en el que ambos lucharon por controlar el arma. "Yo soy zurdo, asi que no podía tener toda la fuerza con la derecha porque se me acusa de haber tirado con las dos manos. Tiro -del arma-, él tira y ahí se escucha la primera explosión. Después sentí dos más. No sé hacia dónde salieron, si al piso, al techo o a nosotros. Zaneta dice que son cinco disparos, pero yo escuche esos tres", declaró.
Agregó que cuando Cuevas cayó al piso, él saltó por encima para poder salir. "Dejé el arma en la entrada y llamé al 101 para pedir ayuda", sostuvo Neil, quien aseguró que el episodio completo quedó registrado en las cámaras de seguridad del local.
"Está todo filmado. Quiero que se vean los videos. No soy yo el que fue a buscarlo. Él vino armado, y yo solo intenté defenderme", enfatizó el empresario.
Larga disputa por un terreno en Santa Cruz
El crimen de Cuevas no fue un hecho aislado, aleatorio o casual. Víctima y victimario no sólo se conocían, sino que tenían un conflicto entre ellos hacía años. Detrás del enfrentamiento mortal hay una prolongada disputa territorial entre Neil y la familia Cuevas por un terreno lindero a la concesionaria.
El empresario explicó que el lote originalmente pertenecía a una mujer de apellido Ortiz. "Yo compré una parte en 2011 y ellos ocupaban la otra. En 2005 ya existía una orden de desalojo contra ellos", detalló ante el tribunal.
El empresario aseguró que los Cuevas firmaron un acuerdo de desalojo con prórroga pero nunca se fueron del lugar. "Lejos de irse, me mandaron a matar", acusó Neil.
"Yo compré mi terreno, lo pagué, lo trabajé. Solo por levantarme e ir a trabajar terminé con mi vida destruida. Ellos firmaron que se iban y no cumplieron", expresó el acusado.
Neil insistió en que nunca quiso despojar a la familia Cuevas, sino simplemente mantener su negocio funcionando. "Esto me cagó la vida. Quería que se vaya y seguir laburando. Ellos querían que el muerto fuera yo", añadió.
Policía de Santa Cruz en la concesionaria de Roberto Neil en Río Gallegos.
La abogada defensora Mariana Barbitta reiteró que su cliente actuó sin intención homicida y que fue una reacción frente a una agresión concreta. "Mi cliente actuó en legítima defensa y sin premeditación", sostuvo al inicio de la audiencia.
Por el lado de la acusación, la fiscal Verónica Zuvic —quien asumió el cargo en agosto de 2023— sostiene que se trató de un homicidio agravado y que Neil actuó con plena conciencia de sus actos. La fiscalía busca demostrar que el empresario no estaba en una situación de riesgo real, sino que decidió disparar tras un conflicto que se venía extendiendo en el tiempo.
El abogado Jorge Trevotich, que representa a la familia de la víctima, acompaña a los allegados de Franco Cuevas durante el proceso y reclama justicia por el joven asesinado. En la previa del inicio del deate, declaró que a su entender, Neil debnería estar acusado de homicidio agravado con alevosía, ya que "le vació el cargador del revólver a la víctima para asegurarse de matarlo".
Un caso que divide opiniones
El hecho ocurrió la mañana del viernes 2 de junio de 2023 en la concesionaria ubicada en calle French casi esquina Congreso. El desenlace fue la muerte de Cuevas a manos de Neil, quien desde el primer momento se amparó en la figura de la legítima defensa.
La mención del "extenso prontuario por presuntos ilícitos" de Franco Cuevas generó rápidamente una grieta en la opinión pública santacruceña. Un sector tendió a validar la reacción de Neil como una respuesta desesperada de alguien que defiende su propiedad, tal como él sostiene. Otro sector, en cambio, la condenó por un exceso.
El expediente judicial contiene evidencias, filmaciones y pericias que, según la acusación, desmienten la simplicidad de la versión de Neil y sugieren que la confrontación fatal fue el desenlace violento de una disputa que se arrastraba desde hace años.
El juicio continúa en los próximos días con la presentación de pruebas y testimonios que buscarán establecer si Roberto Neil efectivamente actuó en defensa propia o si cometió un homicidio. Más allá de las posiciones tomadas, en Santa Cruz pocos dudan de que establecerlo con pruebas irrefutables no será nada sencillo.
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