Se dio el gusto de girar durante nueve vueltas en el Gran Premio de Alemania y terminó con un récord insólito e irrepetible.
La Fórmula 1 guarda anécdotas que parecen leyendas, pero pasaron de verdad. Una de las más increíbles ocurrió en 1977, en Hockenheim, Alemania: Hans Heyer, alemán, especialista en turismos, no se clasificó para el Gran Premio de su país… y, aun así, largó la carrera “colado”. Su breve participación terminó en abandono y descalificación, pero dejó una marca única: es el único piloto que figura con DNQ (no clasificó), DNF (abandono) y DSQ (exclusión) en el mismo GP.
Heyer llegó al GP de Alemania con 34 años y una trayectoria sólida fuera de los monoplazas. El equipo ATS le alquiló un Penske PC4 para intentar el sueño de “correr en casa”. Eran tiempos en los que la Fórmula 1 tenía una etapa de preclasificación. Al alemán no le alcanzó el tiempo para entrar entre los 24 habilitados, quedó 27° y pasó a ser tercer suplente, una chance mínima que dependía de tres bajas en la grilla.
Confusión, distracción y un colado
El domingo, entre los nervios de la largada y un arranque confuso por problemas con las luces de partida, se dio el contexto ideal para la travesura. Heyer, desde boxes, vio el desorden inicial —hubo un toque fuerte en la primera curva— y salió a pista con su auto amarillo cuando el pelotón ya estaba en marcha. Los comisarios locales, que lo conocían por su campaña en turismos, miraron hacia otro lado en los primeros minutos y así el “polizón” se mezcló con el ritmo de carrera.
La aventura duró nueve vueltas. El Penske/ATS N°35 se quedó sin transmisión y debió abandonar. Para entonces, la dirección de carrera ya había decidido la bandera negra: exclusión por “participación no autorizada”. Igual, el público alemán lo aplaudió como a un héroe chico: había cumplido su sueño de correr en la máxima, aunque fuera por la puerta de atrás.
La "osada hazaña" de Heyer se explica por la flexibilidad reglamentaria de aquella Fórmula 1 y por las costumbres de época: equipos chicos, autos de años anteriores y un paddock donde los vínculos personales pesaban. ATS era un proyecto joven y Heyer aportaba patrocinio local, conocimiento del circuito y un nombre querido.
Aquella carrera en Alemania fue ganada por el austriaco Niki Lauda, con Ferrari, quien tenía como compañero de equipo a Carlos Alberto Reutemann, quien llegó cuarto. El podio fue completado por el sudafricano Jody Scheckter (Wolf) y por el alemán Hans Joachim Stuck (Brabham Alfa Romeo).
Fórmula 1: por qué el caso de Hans Heyer fue irrepetible
Con el correr de los años, y más aún con el profesionalismo extremo que trajo la era moderna, la Fórmula 1 pulió controles y cerró grietas. Hoy aquella travesura es impensable e improbable. En 1977, con estructuras más chicas y criterios de control menos homogéneos, el “permiso tácito” de los primeros giros le dio a Heyer una ventana única.
El alemán, que fue campeón en turismos y múltiple ganador en resistencia, nunca volvió a intentar correr en Fórmula 1. Se quedó, eso sí, con un récord que ningún otro piloto desea ni puede igualar: no clasificó, abandonó y fue descalificado en su único Gran Premio. Él mismo lo resume con humor cuando recuerda “el día en que me colé en una carrera de Fórmula 1”.
Te puede interesar...
Dejá tu comentario