Cuando el smartphone nos juega en contra: espionaje
Como todo dispositivo tecnológico, el celular puede ser hackeado.
De nada sirve que cuando en una reunión de directorio o en un encuentro del periodista con su fuente se saquen las baterías de los celulares. En los instantes en que uno tarda en quitar ese componente del equipo, cierta información ya voló a nuestros fisgones virtuales. Si queremos absoluto anonimato, busquemos un recipiente o recinto de metal cerrado, que podría actuar como una jaula de Faraday.
Para empezar, sepamos algo: los virus de smartphones existen. Por supuesto que no son tantos como los destinados a notebooks y desktops, pero igual ya hay una cantidad que aconsejaría a utilizar un software antimalware en los móviles.
No se deben instalar apps desde sitios de desarrolladores que ni siquiera conocemos. Usemos Google Play o App Store, que ofrecen un nivel de mayor seguridad. Tampoco usemos celulares de terceros que nos pudieran haber regalado, aunque se haya restablecido el equipo a como salió de fábrica.
En la Argentina, según datos de la GSMA (Global System for Mobile Association) y de la Cámara de Agentes de Telecomunicaciones Móviles de Argentina (Catema), se roban entre 6500 y 7000 celulares por día. Después vamos a una cueva y lo compramos por una fracción de lo que cuesta nuevo. Y no sabemos qué software tiene en realidad instalado. Leamos bien qué autorizamos cuando instalamos una aplicación.
Tampoco es aconsejable la práctica conocida como "rooteo" (modificar el sistema operativo original) ni el "jailbreak" (una manera de burlar las limitaciones impuestas por los creadores del software de origen).
Existen programas que permiten cifrar las llamadas de voz. Uno de estos es el Silent Phone, que tiene versiones para smartphones con Android y iPhones, y que además es gratis.
Hasta hace poco, Whatsapp era un anatema para los que buscaban reserva, ya que no cifraba las comunicaciones de punto a punto, por lo que se recurría a apps de chateos como Threema (que no es gratis), Wickr, SilentText y TextSecure. Pero, por favor, si usan Whatsapp y necesitan absoluta reserva no recurran a su versión web para ver el chat en la PC. Existen programas llamados "keyloggers" que almacenan las teclas que presionamos en la computadora, por lo que por medio de esto igual se conoce lo que hemos escrito.
Algunas recomendaciones
Algo elemental, pero que mucha gente aún no hace, es bloquear la pantalla del celular mediante las herramientas que provee el propio sistema operativo. No use un dibujo (el dedo deja una marca que es fácil descubrir viendo en escorzo el display), sino un código numérico.
No comparta su clave nunca, ni de desbloqueo ni de Google, en el caso que sea un celular Android. Si usted es un pícaro o pícara y no guarda correos electrónicos comprometedores, no es suficiente. Con el Android Device Manager o un programa como Life 360, su pareja puede saber en tiempo real dónde se encuentra.
"No, amor, estoy en el trabajo". Sin embargo, el GPS de su celular le está mandando información al equipo de su pareja que en realidad está en un hotel alojamiento (tal la precisión), y esto no será muy saludable para la continuidad de la pareja oficial.
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