Del pino neuquino al ladrillo de madera
La construcción con los bloques que fabrica Corfone tiene cada vez más demanda. Se trata de un método más económico y rápido de aplicar que comienza a pisar fuerte en el mercado.
El principal cliente es el propio Estado provincial, que levantó 10 viviendas en Andacollo con este sistema.
Neuquén > El sistema tradicional de construcción encontró un nuevo rival: el ladrillo de madera. Más económico, versátil y rápido de aplicar, se posiciona de a poco como una opción interesante para levantar una vivienda y para que el Estado economice fondos en la obra pública.
Las pequeñas piezas de madera de 40 centímetros las fabrica la empresa estatal Corfone. Se colocan a través de encastres y se sujetan con tarugos y clavos. Como se trata de madera secada, apenas requiere de una mano de barniz protector en el exterior una vez por año.
Según contó el presidente de la compañía, Guillermo Richard, el sistema lo trajo una constructora privada y se aplicó en los aserraderos de la firma. “Empezamos a tener cada vez más obras y se conformaron cuadrillas de trabajo porque se necesitan obreros especializados para fabricarlos”, indicó.
Clientes
Pero el principal cliente terminó siendo el propio Estado, que levantó 10 viviendas en Andacollo con este sistema a través de planes del IPVU y proyecta distintas obras a lo largo de la provincia. La más grande de ellas es la del Ente Compensador Agrícola en Centenario, que estará finalizada en los próximos días.
La razón, más allá de fomentar un nuevo modo de agregado de valor a la madera de Corfone, es más bien económica. Es que el metro cuadrado de construcción cuesta entre 3,5 y 5 mil pesos, una cifra que puede resultar elevada para la zona de la Confluencia pero que es sensiblemente más baja que en el interior.
El ejemplo lo puso el propio gobernador Jorge Sapag la semana pasada, cuando advirtió que las empresas dejan vacantes las licitaciones de escuelas para subir su precio. Dijo que éste supera los 6 mil pesos y así lo demuestra la escuela de Tricao Malal que se licitó hace unos días, donde las ofertas rondan los 7 mil pesos.
La ventaja competitiva no radica tanto en el costo del material ni de la mano de obra, sino en los tiempos: en sólo dos meses puede construirse una casa.
Estructura
La madera se luce desde afuera, pero suele generar desconfianza en un país acostumbrado al cemento. Sin embargo, estas casas están lejos de parecerse a una prefabricada o a una cabaña: la densidad de los bloques de madera y el modo en que se encastran generan paredes sólidas que nada tienen que envidiar a las formas tradicionales de construcción.
Inclusive, las casas son idénticas a las convencionales por dentro, con las mismas instalaciones. Sólo hay que tomar recaudos con los revestimientos en las zonas de calor para evitar incendios. En general se utiliza piedra laja. Las fundaciones y la platea se realizarán con hormigón y hierro, a la manera tradicional.
Detrás de esta nueva arquitectura, también nace una nueva alternativa productiva para la provincia y particularmente para Corfone, una de las compañías públicas más viejas de Neuquén.
El ladrillo de madera surge del producto de raleo de los campos de pino. Se corta con los mismas herramientas de los aserraderos e incorporan un proceso de remanufactura para crear los encastres.
“Buscamos agregar valor a la madera y sumar un nuevo producto a nuestro menú”, detalló Richard. “Tenemos muchos pedidos e intentamos responderlos, pero estamos en una etapa donde la clave es capacitar a la gente y poner a prueba el material”, contó el funcionario.
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