Diego cumple 65 años: Maradona como sujeto político
"Pelusa" es mucho más que un futbolista extraordinario porque se transformó en bandera de muchas causas sociales.
Como cada 30 de octubre, las redes sociales se llenan de recuerdos de Diego Armando Maradona. Desde aquel pibe con "Sueños de Barrilete", que hizo ruido con sus deseos de triunfar, hasta el que falleció cuando dirigía a Gimnasia, pasando por sus momentos mágicos como futbolista y personaje único en la historia universal.
Hay un montón de variantes del Diez para elegir, pero hay una que, con el tiempo, va tomando cada vez más valor.
En un mundo donde los deportistas de elite en general no se involucran en cuestiones políticas o sociales, Diego siempre se la jugó por lo que pensaba.
Todo lo contrario a la mayoría de sus colegas, que no ven la necesidad de expresarse en ningún sentido, salvo excepciones a nivel mundial.
Pensar en Maradona y en el presente del país sin tocar la cuestión política resulta, al menos para quien escribe, imposible.
No es una locura imaginar la cantidad de cosas que estaría diciendo Diego, con su conocida chispa y creatividad. A sabiendas, incluso, de la cantidad de adeptos y de críticas que despertaría.
La moneda y la ninguneada
Por un lado, es contrafáctico hablar de lo que Maradona podría estar haciendo, porque ya no se encuentra en el plano físico. Pero un argumento a favor de la vigencia de Diego como sujeto político es que el gobierno de Milei, a través del banco central, informó la creación de una moneda en referencia al segundo gol a los ingleses, sin nombrar a quien lo hizo.
Esa ninguneada a Maradona no es casual, sino que es un mensaje por omisión.
Yendo más allá: por posición política e ideológica, también se ningunea el primer gol a los ingleses, que fue con la mano. Quienes hoy gobiernan en Argentina lo consideran una "trampa" contra un país que toman como referencia. Sin ir más lejos, el propio Milei dijo admirar a Margaret Thatcher, algo que en otros años hubiese resultado una bomba mediática, pero quedó totalmente relativizado.
Diego, incluso muerto, sigue siendo un sujeto político. Hay muchas frases, actitudes y registros que ubican al Diez como defensor de los jubilados, los discapacitados, la educación pública y los desposeídos. Como referente de las causas que hoy no pertenecen al mensaje hegemónico, donde la crueldad y el desprecio dominan la escena.
Él nunca fue ejemplo de nada, ni quiso serlo. Está lleno de errores, frases que es mejor olvidar, contradicciones, "amigos" de dudosa calaña y cargó en sus hombros con hechos lamentables.
Pero esa misma condición humana es la que lo transformó en bandera.
Era mucho más fácil no meterse en nada, no pelearse con la FIFA, no abrazar a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, no decir que era peronista, "cristinista" o amigo de Chávez. Pero todas esas jugadas afuera de la cancha, su tatuaje del Che, la amistad con Fidel Castro, Evo Morales y otros líderes mundiales, lo definieron.
En esta época, donde buena parte de la gente que lo quiso, lo quiere y lo querrá siempre se siente desamparada, Diego Armando Maradona está más vivo que nunca como sujeto político. Y además fue, para muchos, el mejor futbolista de todos los tiempos.
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