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La Mañana Gol

El gol, momento poético

Cada gol es una fulguración, una invención, afirmaba el escritor italiano Pier Paolo Pasolini.

Se paró frente a la pelota, dio un pequeño salto que engañó al arquero español Simón y convirtió con una suave definición contra el palo. Así de simple fue el penal que pateó el volante ítalo-brasileño Jorghino para que Italia pasara a la final de la Eurocopa que disputará el domingo. Esa sutileza en la pegada no es de ahora que despliega su talento en la Premier League con la camiseta del Chelsea, sino de aquella tenacidad que le transmitió su madre, que lo hacía practicar largas horas cuando era chico en las playas de arenas blancas para perfeccionar la técnica a la hora de patear la pelota.

Acaso Jorghino confirmó ayer lo que en 1971 escribió el escritor, cineasta y una de las figuras de la cultura italiana Pier Paolo Pasolini, que en el fútbol hay momentos que son exclusivamente poéticos: los momentos del gol. Cada gol es una invención, una fulguración, afirmaba.

Al igual que otros hombres de la literatura (desde Albert Camus pasando por Osvaldo Soriano hasta Eduardo Sacheri, entre otros), Pasolini puso al fútbol en ese lugar de la identidad, de la pertenencia. Como dice el periodista Ariel Scher, el fútbol es una identidad que pervive, es una verificación de que para ser necesitamos ser con otros, es una gran aventura con otros.

“El goleador de un torneo es el mejor poeta del año”, llegó a escribir Pasolini, que se prendía en cada picado con el que se cruzaba en cualquier lado, en un artículo titulado “El lenguaje del fútbol con sus poetas y sus prosistas”, publicado en enero de 1971. Desde su lugar de intelectual analizó el fenómeno popular y masivo del fútbol, sin dejar de deslumbrarse con la gambeta, a la que le otorgaba la condición de poesía.

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