Los reporteros fueron atacados en la sede de la Cancillería brasileña mientras el presidente venezolano abandonaba la cumbre sudamericana.
La salida Nicolás Maduro de la sede de la Cumbre Sudamericana, convocada por el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en Brasilia, quedó empañada por un episodio de violencia protagonizado por su personal de seguridad. Reporteros y periodistas fueron agredidos brutalmente mientras intentaban capturar declaraciones del mandatario venezolano frente a una multitud de cámaras y medios de comunicación.
La tensión comenzó a aumentar cuando Maduro daba sus declaraciones en medio del caos mediático, rodeado de periodistas y cámaras de televisión. En un instante, los custodios venezolanos y brasileños empezaron a empujar a los reporteros, generando una situación cada vez más descontrolada que finalmente derivó en enfrentamientos físicos.
Una reportera del reconocido canal de televisión Globo y varios profesionales de la prensa resultaron golpeados en medio de la confusión. La violencia ejercida por el personal de seguridad de Maduro manchó el ambiente pacífico que se esperaba en la cumbre, y dejó una preocupante marca de agresión a la libertad de prensa.
Nicolás Maduro fue el último de los mandatarios en abandonar la sede de la Cancillería brasileña. Antes de su partida, se reunieron en el lugar los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Chile, Gabriel Boric; Colombia, Gustavo Petro; Ecuador, Guillermo Lasso; Guyana, Irfaan Ali; Paraguay, Mario Abdo Benítez; Surinam, Chan Santokhi; y Uruguay, Luis Lacalle Pou. La única ausente fue la mandataria peruana Dina Boluarte, quien fue representada por el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola.
Nicolás Maduro fue también el primer mandatario en llegar a la Cancillería brasileña para asistir a la cumbre. Durante su entrada al Palacio de Itamaraty, no realizó declaraciones y fue recibido por Lula da Silva, quien organizó este encuentro internacional con el objetivo de retomar el diálogo y discutir la posibilidad de establecer un foro de integración "puramente suramericano", que sea "permanente, inclusivo y moderno".
Lo que la cumbre dejó
La Cumbre Regional, la primera en su tipo en nueve años, concluyó con una declaración bautizada “Consenso de Brasilia” que, como punto principal, incluye un acuerdo entre los doce países de la región para elaborar una “hoja de ruta” para fomentar el comercio y las inversiones, superar asimetrías, eliminar medidas unilaterales y aumentar la cooperación económica, todo con la meta de alcanzar una “efectiva área de libre comercio sudamericana”.
El “Consenso de Brasilia” incluye, en el segundo de sus nueve puntos, un compromiso “con la democracia y los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la justicia social, el Estado de derecho y la estabilidad institucional, la defensa de la soberanía y la no injerencia en asuntos internos”.
Este punto despertó resquemores en el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, quien, en su primera intervención en la cumbre, dijo que ese artículo no terminaba de reflejar la situación venezolana. “Obviamente, no tenemos la misma definición, que creo que es una en la Real Academia Española, de lo que son el respeto a las instituciones, a los derechos humanos y a la democracia”, afirmó en un video divulgado en su perfil de Instagram.
Lacalle Pou también le protestó a Lula, quien previamente a la reunión bilateral con Maduro, calificó de “narrativas” las críticas sobre la falta de democracia o violaciones de los derechos humanos en Venezuela.
Sobre ese asunto, Lula declaró en la rueda de prensa final de la cumbre que “no es posible que no haya un mínimo de democracia en Venezuela”, ya que el chavismo ha convocado casi 30 elecciones en los últimos veinte años y, aunque ha ganado casi todas, otras las ha perdido. Aún así, aseguró que Brasil hará “lo que pueda para contribuir con el fortalecimiento de la democracia en Venezuela”.
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