Cuando Néstor Kirchner visitó Neuquén: caos en las calles, disputas y militantes mojados
En 2006, un acto encabezado por el intendente Quiroga, Néstor Kirchner y Jorge Sapag generó intensos debates, fomentó rivalidades y provocó un descuido inesperado. Se trató de un evento que, sin dudas, dejó su huella en la región.
El 29 de septiembre de 2006, la ciudad de Neuquén recibió por primera vez al entonces presidente Néstor Kirchner para la inauguración del Cenotafio de Malvinas, un acontecimiento de gran relevancia política tanto a nivel local como provincial. Fue con un acto encabezado por el intendente Horacio "Pechi" Quiroga, en su segundo mandato y en ese momento alineado con los radicales K, que tuvo un importante componente político y que marcó un hito en la historia de la región.
Para comprender la importancia de este evento, es necesario remontarse al año 2005, cuando Pechi selló un acuerdo con el kirchnerismo y formaron un frente común para las legislativas nacionales.
En ese entonces, se perfilaba como candidato a gobernador de la provincia por la llamada Concertación Neuquina, una alianza que unía al kirchnerismo con los denominados radicales K, que tenía a nivel nacional a Julio Cobos como máximo referente de este movimiento y que terminó siendo el compañero de fórmula de Cristina Fernández de Kirchner en las elecciones presidenciales de 2007.
Sin embargo, en su camino hacia la gobernación, Pechi se encontraba con un rival de peso: Jorge Sapag, quien mantenía una excelente relación con Néstor y Cristina Kirchner. Esta conexión llegó a tal punto que, fuera del protocolo previsto, el entonces presidente invitó a Sapag a subir al escenario, lo cual generó un visible disgusto de Quiroga y sus seguidores.
Para complicar aún más el panorama, el gobernador Jorge Sobisch, declarado enemigo político de Néstor Kirchner, también estuvo presente en el escenario. El entonces mandatario provincial estaba transitando su propio camino hacia las elecciones presidenciales de 2007, en las cuales conseguiría el 1,04% de los votos.
La organización del evento generó intensos debates, especialmente en lo referente a quiénes subirían al escenario en el Parque Central montado sobre la calle Mitre. Además, se planteaba el desafío de distribuir los lugares para los militantes de cada sector partidario, considerando la presencia de la tropa de Pechi, la de Sobisch, comandada por la ex diputada Gloria Sifuentes, y los kirchneristas. A esto se sumaba la expectativa de una gran afluencia de público debido a la popularidad que gozaba en ese momento Néstor Kirchner.
El nuevo espacio público lucía impecable, en especial la recién inaugurada zona parquizada. Sin embargo, esa mañana se vio afectado por la multitud que asistió al acto y, además, por un descuido significativo. En medio de las disputas políticas que enfrentaban al intendente y el gobernador, alguien en el municipio "olvidó" apagar el sistema de riego en el sector del parque destinado a los militantes del Movimiento Popular Neuquino (MPN). Cuando llegaron al lugar del acto, los seguidores empenistas tuvieron que resignarse a chapotear en el barro para no dejar su espacio vacío.
El trayecto desde el aeropuerto hasta el lugar del acto resultó caótico y prolongado. Una gran cantidad de personas se agolparon a lo largo de la calle Belgrano para presenciar el paso del presidente, quien, como muestra de gratitud, decidió romper el protocolo, hacer varias paradas y descender de la camioneta para saludar al público, lo cual generó desesperación en el equipo de seguridad, sobrepasado por la situación.
Este acto político celebrado en la ciudad de Neuquén tuvo un carácter trascendental para el ámbito local y provincial. Las relaciones entre los diferentes líderes políticos se hicieron evidentes en cada gesto y palabra pronunciada durante un evento que, sin dudas, marcó un antes y un después en la historia política de la región.
Otras visitas a la provincia
Además de ese recordado acto en Neuquén capital, Néstor Kirchner visitó la provincia al menos en otras dos oportunidades y, en 2005, compartió escenario con el ex gobernador de la provincia, Felipe Sapag. Su relación comenzó a partir de los encuentros de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi), donde ambos líderes habían tenido algunos cruces en los años 90, mientras se desempañaban como gobernadores de provincias patagónicas y productoras de petróleo.
Sin embargo, Sapag respetaba a Kirchner como un par, otro gobernador patagónico que había llegado a la Casa Rosada y que promovía los valores del federalismo. Y tenía especial aprecio por su esposa, Cristina, que se perfilaba como una mujer fuerte del ámbito político en un contexto donde las mujeres estaban más relegadas que en la actualidad. Aunque apoyó sus primeras gestiones como presidenta de la Nación, luego se fue diferenciando.
Los allegados a Sapag recordaron que Néstor Kirchner lograba aunar a diferentes pensamientos políticos, por lo que en las actividades en Neuquén se podían ver a radicales K, integrantes del peronismo y del MPN. En la foto, se ve a Felipe extendiendo las manos hacia el mandatario nacional, con Jesús Escobar en el escenario, que también recordó ese momento.
En diálogo con LMNeuquén, recordó que Patria Libre era el único espacio que apoyaba abiertamente al kirchnerismo en ese entonces, por lo que tuvieron que llegar a un acuerdo con Quiroga para poder ser parte del evento, justo cuando se dirimían las elecciones a convencionales y en las que Jesús Escobar era uno de los candidatos.
Aunque habían logrado movilizar a diez colectivos con militantes que querían escuchar las palabras del presidente, se acordó con Quiroga, organizador del acto, que no llevarían banderas con el nombre de Jesús. Sin embargo, agregó que el propio Néstor solicitó que subiera al escenario y los simpatizantes infiltraron globos con helio que se elevaron en el aire en el momento del discurso.
Escobar recordó que su espacio era un marcado opositor del gobernador Sobisch, pero Felipe Sapag, que estaba presente en la actividad, le pidió que se sentaran juntos y bromeó diciendo que "varios se iban a poner celosos". Por eso, después de la foto que registra el saludo, se sentaron juntos en la primera fila.
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