Hipertensión arterial: qué tener en cuenta para hacer una vida normal con esta enfermedad
Este 17 de mayo se celebra el Día de la Hipertensión Arterial y desde Leben Salud recordaron la importancia de medirse la presión y, de ser necesario, comenzar cuanto antes un tratamiento.
La hipertensión arterial es una enfermedad crónica. Por lo tanto, aquellos que la padecen deben convivir con la afección de forma permanente y a lo largo de toda su vida. La buena noticia es que todos pacientes pueden llevar una rutina normal si mantienen la dieta, el ejercicio y la medicación necesaria para regular sus niveles de presión, por lo que es fundamental hacer chequeos regulares para conocer la cifra y, si hace falta, comenzar un tratamiento cuanto antes.
Este 17 de mayo se celebra el Día de la Hipertensión Arterial, y desde Leben Salud insisten en la importancia de hacer los controles para conocer las cifras de presión, ya que se trata del riesgo cardiovascular más frecuente: se estima que uno de cada cuatro adultos que lo padece, no lo sabe.
El cardiólogo Demetrio Thalasselis, director médico de Leben Salud, explicó que es importante aprovechar los chequeos de rutina y los estudios médicos obligatorios que se realizan antes de comenzar un deporte, una carrera universitaria o el primer día de trabajo para saber si los niveles de presión son los adecuados: es decir, por debajo de la cifra de 130-80. En caso de que las mediciones superen estos números, es necesario comenzar un tratamiento lo antes posible.
"Se asocia con aparición de obstrucciones vasculares del corazón, el cerebro y los riñones, de grandes o pequeñas arterias", dijo el médico en una entrevista con LMPlay. Agregó que, por eso, es importante mantener los niveles a raya a través de cambios en la dieta, la práctica regular de ejercicio y, en caso de que haga falta, el uso de fármacos que ofrecen buenos resultados para los pacientes con esta enfermedad.
Thalasselis agregó que las personas que tienen hipertensión pueden hacer una vida normal. Sólo deben reducir su consumo de sodio y practicar ejercicio durante 30 minutos al día, nada distinto a lo que se aconseja, en realidad, a toda la población. Para los casos más críticos, sí hace falta comenzar un tratamiento con fármacos específicos.
Según detalló, un episodio de tensión elevada, que se conoce como un ataque de presión, no es por sí sólo un indicador de la enfermedad. Por eso, se aconseja estar alertas para ver si se repiten estos síntomas, lo que marca el primer signo de diagnóstico.
Durante el Mundial de Fútbol 2022, muchos vivieron episodios de alta presión durante los partidos más difíciles que atravesó el equipo argentino. Thalasselis aseguró que hay algo de cierto en el lema "no apto para hipertensos". Recordó que durante los momentos de mucho estrés o de emociones fuertes, las glándulas suprarrenales descargan neurohormonas, como la adrenalina, que impactan en la presión arterial. Sin embargo, afirmó que los pacientes tratados y monitoreados pueden manejar estos niveles de estrés, por lo que no hace falta perderse los partidos.
Por otro lado, insistió en la importancia de sostener hábitos saludables. Recordó que el tabaquismo en un factor de riesgo en sí mismo que produce lesiones en las arterias y que, combinado a la hipertensión, eleva de manera exponencial el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares.
El ejercicio diario, con al menos 30 minutos de caminata a buen ritmo, también reduce en gran medida el riesgo cardiovascular. A eso hace falta también sumar una buena alimentación, con un consumo controlado de cloruro de sodio, o sal de mesa.
Según la indicación del cardiólogo, se aconseja consumir una cucharada de café de sal de mesa al día tanto en el caso de pacientes hipertensos como de aquellos que tienen niveles normales de presión. El médico agregó que se puede usar sal en alimentos como frutas, verduras y carnes, pero no en los productos procesados, ya que la mayoría utilizan cloruro de sodio como conservante.
"Es una enfermedad crónica que no hay que poner atrás ni adelante", dijo el referente de Leben. Señaló que no hay que ignorar su existencia pero tampoco generar una alarma sobredimensionada que no permita una vida normal. Por eso, recomendó convivir con la afección y tomar los recaudos necesarios para mantener la calidad de vida pero reduciendo los riesgos cardiovasculares.
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