Una invitación a descubrir los sabores de la producción local de vinos, creados en el marco de paisajes llenos de belleza. Cuáles son las mejores variedades.
Una de las cualidades que destaca a Neuquén es la variedad y la belleza de sus destinos turísticos naturales. Pero como si eso fuera poco, además cuenta con un circuito especial de bodegas, que fue dado en llamar la ruta del vino. Una invitación irresistible para disfrutar de los mejores paisajes acompañados por sabores exquisitos.
Por sus condiciones climáticas y las características de su tierra, Neuquén despertó la curiosidad de varios emprendedores que decidieron probar suerte con la plantación de viñedos en la región. El resultado fue la multiplicación de proyectos en igual sentido que se tradujeron en los establecimientos que en San Patricio del Chañar, Añelo y la zona de Chos Malal se dedican a la producción, elaboración y distribución de vinos.
Ese proceso de crecimiento se dio fundamentalmente desde comienzos de este nuevo milenio, si se tiene en cuenta que para el año 2000 Neuquén, que hoy ocupa un lugar de gran relevancia entre las provincias productoras de vino de la Patagonia en particular y de la Argentina en general, no integraba el mapa vitivinícola argentino.
Si bien el Malbec es la variedad que predomina en las producciones de la provincia, la Ruta del Vino de Neuquén ha visto un notable crecimiento de la cepa Pinot Noir. También se cultivan otros varietales de uvas tintas como Merlot, Cabernet (Sauvignony Franc), Syrah, Bonarda y Refosco; además de una variedad generosa de vinos blancos como Chardonnay, Sauvignon Blanc y Torrontés.
San Patricio del Chañar, donde vive el vino
Si bien la producción vitivinícola neuquina está extendida a lo largo de varias regiones y sub-regiones de la provincia, entre ellas las que comprenden el Alto y Medio Valle, la zona de San Patricio del Chañar. Ubicada a 48 kilómetros de la ciudad de Neuquén, recibió un fuerte impulso con la llegada del nuevo siglo, marcado por la aparición de viñedos nuevos, con riego por goteo y bodega equipadas con la última tecnología y preparadas para recibir a turistas de todas partes del mundo.
Para llegar desde la capital de Neuquén, se debe acceder por la Ruta Provincial 7. Después de cruzar el Dique Ingeniero Ballester hay que continuar 17 kilómetros en línea recta para arribar entonces a cuatro bodegas de primer nivel, todas ubicadas sobre la ruta: Familia Schroeder, Del Fin del Mundo, Malma y Secreto Patagónico. Allí se pueden realizar visitas guiadas y comprar o degustar parte de su producción.
Bodegas para recorrer en Neuquén: Familia Schroeder
La historia de la bodega comenzó en 2001 cuando Herman Heinz Teodoro Schroeder, hijo de inmigrantes alemanes pioneros en la Patagonia, decidió invertir junto a sus hijos en viñedos en San Patricio del Chañar, transformando un desierto en verdes viñedos y en una zona productiva.
Está ubicada sobre la Calle 7 Norte, con una arquitectura adaptada al perfil del terreno. Además de las visitas guiadas a la bodega, el establecimiento cuenta con el atractivo de un hallazgo paleontológico ocurrido durante la construcción del edificio, que consiste en los restos fósiles del Dinosaurio Panamerican Saurus Schroederi, animal herbívoro, que habitó la tierra hace más de 75 millones de años.
La bodega Familia Schroeder se convierte en uno de los grandes puntos de encuentro en los tiempos de la vendimia, cuando invita a los turistas a participar de jornadas en las que se combinan los buenos vinos con la gastronomía y la música en un entorno de ensueño.
Neuquén: Bodega del Fin del Mundo
Del Fin del Mundo fue la primera bodega de San Patricio del Chañar, con plantaciones de vid desde el año 1999, y sigue siendo hoy la de mayor producción. Ubicada en el kilómetro 9 de la ruta Provincial 8, pueden visitarse el playón de vendimia, la sala de barricas, las pasarelas elevadas con vistas a los viñedos. Además, se puede conocer todo el proceso de elaboración de los vinos, de la uva a la mesa.
Bodegas en Neuquén: Malma
Malma es también una bodega de última generación que elabora sus vinos a partir de la producción propia desde 2004. Además de las instalaciones para elaborar los vinos y recibir visitantes, el emprendimiento incluye un restaurante en el que se elaboran platos de gastronomía regional con productos locales y de estación, con el singular atractivo de presentar una bellísima vista de sus viñedos en contraste con la estepa patagónica.
Bodegas en Neuquén: Secreto Patagónico
La familia Groppo Parisi puso en marcha el proyecto Secreto Patagónico en el año 2000, con el objetivo inicial de elaborar ediciones limitadas de vinos de alta gama a partir de una selección de uvas, en el intento de conjugar el aspecto "técnico" de su producción con las características únicas de la región.
La bodega está ubicada sobre la ruta provincial 7 -en la picada 4 y media- y allí se realizan visitas guiadas -con reserva- a la bodega, en español, inglés y francés, durante las cuales se puede realizar degustaciones de sus productos.
Bodegas en Neuquén: Familia Aicardi
Ubicada en Picada 5 Norte, el emprendimiento de la Familia Aicardi tiene su origen en la llegada de Nicolo Acardi a la Argentina, en 1907, oriundo de Génova y viticultor. Hoy, la cosecha manual y la selección de los racimos mantienen la tradición artesanal y garantizan la calidad de los vinos producidos por la bodega.
Además utiliza la más reciente tecnología para llevar a cabo la maceración pre fermentativa en frío a 10º C durante 5 días, usando levaduras seleccionadas y temperatura controlada en tanques de acero inoxidable, para luego ser guardados en barricas de roble francés y americano, de primer y segundo uso para su añejamiento entre 12 y 24 meses, tras lo cual se mantienen en estiba por otros 12.
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