La Policía brindó información errónea sobre un grave hecho de violencia de género. Lo denunciado quedó en segundo plano.
El pasado sábado una mujer denunció a su ex pareja. Fue encontrada deambulando en la calle, en Plottier, en estado de shock. En la denuncia que radicó en la Comisaría Séptima están claros los hechos de violencia: la golpeó, la mordió, la asfixió, le fisuró una costilla, la orinó, la amenazó, la empastilló, se cortó con un cuchillo en frente suyo, le rompió sus pertenencias. Ella quedó internada en el hospital Castro Rendón por un fuerte golpe en la cabeza.
Su relato no es distinto a los miles de casos de mujeres víctimas de violencia y sirve como muestra de ello. En 2024, en Neuquén hubo más de diez mil intervenciones para asistir a mujeres en situación de violencia de género. Pero esta vez el hecho fue presentado con un condimento casi “de película” que, aún sin intención, terminó banalizando lo ocurrido. Hubo, incluso, lugar para recibir consejos sobre un buen uso de aplicaciones de citas. La violencia quedó en segundo plano.
El relato de desinformación brindado oficial y públicamente por la Policía decía que la mujer vino a la región desde Vicente López (Buenos Aires) para conocer a un hombre que conoció en Tinder y con quien chateaba hace un mes, y estuvo una semana secuestrada hasta que escapó. En el medio, se coló el dato de que el agresor trabajaba en una cooperativa de electricidad.
Pero con el correr de las horas se comprobó que nada de eso fue así: la mujer tiene domicilio en pleno centro de Neuquén capital y, según consta en la denuncia, con el hombre mantenía una relación de pareja hace un mes y medio. Sí, lo conoció en Tinder (aunque incluso según sus dichos “se hablaban de antes”), pero el dato resulta bastante marginal cuando a la luz se muestra semejante hecho de violencia, que también incluyó drogas variadas, enojos por el uso del celular, arrepentimientos y disculpas. Su “retención por una semana” no fue literal: dijo que incluso salieron a hacer compras a Neuquén. Pero los contextos de violencia no son lineales. Tras los últimos golpes y amenazas de muerte de por medio, dijo que logró irse de la casa mientras él dormía.
Así, la noticia inicial fue mutando conforme avanzaban las horas y la información brindada por otras fuentes variaba de forma notoria. La Cooperativa CALF tuvo que emitir un comunicado aclarando que el denunciado no pertenece al organismo. Pero la bola de nieve ya había avanzado de forma imparable y, como es habitual, la noticia fue replicada en diversos medios nacionales. Incluso en medios regionales todavía puede leerse la ficción, intacta.
La información no surgió de mensajes anónimos de Whatsapp, ni de “lo que circula en las redes”. ¿Entonces qué? ¿Debemos desconfiar de las fuentes oficiales? ¿Debemos dudar de la palabra de la Policía neuquina que recibe capacitaciones en violencia de género? ¿Tenemos que acostumbrarnos a escuchar consejos para usar Tinder, como si la violencia no estuviera en cada uno de los espacios en los que circulamos?
Hasta el momento, la Policía no brindó aclaraciones sobre lo difundido, de modo que se desconoce de dónde salieron esos datos y por qué se informó erróneamente.
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