El Gobierno recrea el ministerio del Interior y busca amortiguar la crisis con las provincias hasta octubre
Lisandro Catalán está en el Gobierno desde 2023. No cambiará de tareas, pero ahora tiene una misión urgente. Los ATN: entre el veto y abrir la billetera.
Después de tres reuniones de gabinete en 72 horas, Javier Milei habilitó algunos cambios en el Gobierno. Al Presidente le ha costado tomar nota de la derrota que sufrió La Libertad Avanza en las elecciones bonaerenses del último domingo. Desde entonces hasta ahora, las demoras y los gestos de la Casa Rosada no hicieron otra cosa que nacionalizar, aún más, el resultado de una elección provincial, donde el peronismo le sacó 13 puntos de diferencia.
No es cualquier distrito, sino el más importante del país, porque concentra casi el 40% del padrón nacional, pero el inédito desdoblamiento del 7-S y el inesperado resultado ponen al Gobierno ante el temor de un efecto contagio y la preocupación de que se repita la desventada del domingo pasado en las elecciones nacionales del 26 de octubre.
Sobre ese tembladeral electoral deberá moverse el abogado tucumano Lisandro Catalán. Acompaña a Guillermo Francos desde que asumió como ministro del Interior a fines de 2023. Cuando fue ascendido a Jefe de Gabinete, Francos mantuvo el viejo ministerio bajo su órbita y lo transformó en una vicejefatura de Gabinete de Interior.
Por eso el cambio que anunció el Gobierno sigue teniendo gusto a poco, porque Catalán no cambia de funciones. Solo fue ascendido al rango de ministro al frente de una cartera clave en la relación con las provincias que, hasta ahora, estuvo en manos del mismo funcionario.
La Rosada vendió la exhumación del ministerio del Interior como una forma de mejorar la deteriorada relación con los gobernadores de todo pelaje. Asoma como parte de una reconfiguración del esquema de poder que rodea al Presidente.
Primero fue el lanzamiento de una mesa política con Francos, el portavoz Manuel Adorni, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, el asesor Santiago Caputo, el titular de la Cámara Baja, Martín Menem y la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei.
El domingo por la noche, en La Plata, Milei aseguró que mantendrá el mismo rumbo económico y fiscal. El lunes, en el lanzamiento de la mesa política, buscó dejar en claro que su hermana se mira y se obedece, pero no se toca. Ella apareció a la derecha de su hermano y al lado Menem. No estaba su primo Eduardo Lule Menem, funcionario de Karina y el principal operador del armado electoral nacional. No sólo lo corrió las derrotas previas y el revés bonaerense, sino los señalamientos como el interventor en las sombras de la hermana del Presidente.
El fantasma de los audios de Spagnuolo
El extitular de la ANDIS, Diego Spagnuolo, lo señalo como el responsable de tener un funcionario encargado de organizar la operatividad de presuntas coimas para beneficiar a proveedores del Estado en contrataciones directas y licitaciones públicas.
Según la voz de Spagnuolo en los audios que se filtraron, Menem sería parte del dispositivo que encabeza Karina, donde recibiría el 3% de la operación. El escándalo, con final abierto, no sólo afectó al entorno del presidente.
También refleja que el caso ha horadado el desempeño electoral de La Libertad Avanza, y encima combina el escándalo con la política libertaria en materia de discapacidad, ahora jaqueada por el Congreso, desde que insistió con la Ley de Emergencia Nacional en Discapacidad hasta 2027. Es para actualizar los montos en prestaciones y pensiones de una repartición que, según Spagnuolo, aplica la motosierra a personas con discapacidad, pero al mismo tiempo es parte determinante de una presunta estructura de corrupción.
Por eso la mesa política del lunes se parece a la designación de Catalán. Esa mesa ya existía, era parte de una reconfiguración del triángulo de hierro desde que Karina y Caputo comenzaron a pelearse entre sí. En este caso, la escena significó la ratificación de la hermana del Presidente en respuesta directa a los que piden que la saque del cargo o que, al menos, suelte lastre.
Las alteradas Fuerzas del Cielo
A la mesa nacional, se sumó la mesa bonaerense, donde pasó lo mismo: fue para evitar que Sebastián Pareja fuera eyectado como padre de la derrota. Lo sostuvo Karina, pero también Lule Menem. Por eso estalló la bronca en Las Fuerzas del Cielo, el espacio de ultraderecha que apadrina Santiago Caputo y encabeza el médico Daniel Parisini, conocido en las redes como "Gordo Dan". Ante las tribulaciones de la Rosada para proteger a Karina del embate electoral, el pediatra libertario lanzó una frase reveladora sobre el nivel de la interna que se desarrolla adentro del Gobierno.
"Lule Menem y Pareja, si tienen huevos, deberían dejar de usar de escudo humano a Karina Milei y dar un paso al costado en honor a la Sagrada Causa de la Libertad que lleva adelante el presidente Javier Milei. Por los 47 millones de argentinos y por el futuro de los que aún no nacieron", lanzó. La ventilación de la interna fue acompañada por una advertencia de Caputo. Dejó trascender que no puede controlar a la granja de trolls y agitación libertaria que ayudó a crear y apadrinó.
En esa guerra abierta, que combina entripados, escándalos y vendettas electorales, Catalán aparece como una opción más previsible para los gobernadores. Ya lo conocen, le vienen advirtiendo sus críticas y fue el último en escuchar los mensajes de los 24 mandatarios en el Consejo Federal de Inversiones.
Después de esa reunión impulsaron dos proyectos de ley para llevar al Congreso las controversias que no habían podido resolver con Catalán, especialmente porque el Palacio de Hacienda, conducido por Luis "Toto" Caputo, no permitió ninguna concesión. El escarmiento no demoró: las dos cámaras transformaron en ley un proyecto para redistribuir los Aportes al Tesoro Nacional (ATN) y el Senado le dio media sanción a otro para repartir el Impuesto a los Combustibles Líquidos. Falta que Diputados lo trate.
El objetivo de Catalán
El relanzamiento de Lisandro Catalán busca evitar que el vínculo con los gobernadores empeore. Sin embargo, el Gobierno oficializó el veto a la ley de ATN y también a la de financiamiento universitario. Se abre otro frente de conflicto en una zona donde Catalán debía funcionar como amortiguador. No hay contradicciones: el tucumano deberá amortiguar la bronca de los próximos días por un veto que cae pésimo en los gobernadores y quizás lo haga con una redistribución de los ATN. No perderá la discrecionalidad, pero al menos podría atemperar un reclamo por una vía política y no con una ley del Congreso.
El titular de la cartera de Interior es hijo de Juan José Catalán, ministro de Educación de la última dictadura militar. Desde aquellos años conoció a Francos. Cuando llegó al gobierno libertario, pudo aceitar negociaciones con distintos gobernadores.
Entre ellos con su coprovinciano Osvaldo Jaldo, que se transformó en uno de los mandatarios peronistas que más apoyó al Gobierno. De hecho, esta semana iba a ser el anfitrión de una reunión de sus pares, pero decidieron postergarla para que no los acusen de intentar desestabilizar al Gobierno.
Catalán sigue teniendo a Jaldo como un contacto privilegiado en su agenda, como la buena relación que mantiene con el mandatario de Chubut, Ignacio "Nacho" Torres, del PRO.
El flamante ministro apelará a todos los vínculos para evitar que la relación con las provincias se transforme en un obstáculo más difícil de acá hasta las elecciones del 26 de octubre. Para eso pondrá en marcha una "mesa federal", para sentarlos a todos en una foto de acercamiento, pero con el recaudo de evitar que le recuerden que hace un año intentaron hacer algo parecido con el "Pacto de Mayo" y hasta ahora no hubo un sólo resultado.
Si no abre la billetera, los gestos no alcanzarán. Milei dijo que no aflojará. Por ahora, la misión de Catalán será contener esa tensión hasta las elecciones. "Después se verá", dicen preocupados en Balcarce 50.
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