Como las decisiones del Ejecutivo ya pasaron por Diputados, las mismas quedarían desactivadas de manera total.
El Senado de la Nación sesionará este jueves para tratar los rechazos a los vetos presidenciales de emergencia pediátrica y la mejora presupuestaria de las universidades públicas. Así lo definieron el martes los jefes de bloque en una reunión en el despacho de la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel.
En el temario del jueves también aparece la prórroga, por cinco años, de la vocal de la Cámara Federal de Apelaciones de Posadas, Mirta Delia Tyden. Otra iniciativa a debatir es la que empuja el peronista disidente Juan Carlos Romero para que el sistema de Alerta Sofía -desaparición de personas- deje de estar regulado por decreto y el mismo sea por una ley sancionada por el Congreso.
El salteño además suma otra relacionada con retiros voluntarios para la planta transitoria de la “Casa”. En tanto, dos tratados impositivos internacionales quedarían para el final, aunque el kirchnerismo se rehusaría a votarlos.
En el plan de Labor Parlamentaria no aparecerán los pedidos que, en principio, podría realizar el interbloque del Frente de Todos, que comanda el justicialista José Mayans, que apuntan a diversas solicitudes de interpelaciones a funcionarios. No se sabe si aún si la bancada lo reclamará. Para ello, precisarán dos tercios y la oposición dialoguista parece dividida.
Un caso parecido tendría el proyecto del formoseño para declarar de interés público la cuestión nuclear. De hecho, para el viernes está citada la comisión de Ciencia, que espera el giro del texto para incorporarlo y dictaminarlo ya que, a diferencia de las interpelaciones, cuenta con una moción de preferencia con despacho para la próxima sesión, es decir, pasado mañana.
Veto a la emergencia pediátrica en el Garrahan
Uno de los artículos deja en claro que la emergencia en cuestión implicará “la asignación prioritaria e inmediata de recursos presupuestarios para bienes de uso y consumo, insumos críticos, mantenimiento de infraestructura, medicamentos, vacunas, tecnologías médicas y personal esencial destinados al cuidado y atención pediátrica en el país”.
Además, se establece “la recomposición inmediata de los salarios del personal de salud asistencial y no asistencial que atiende a la población pediátrica con criterios de equiparación y reconocimiento por funciones críticas”, que incluye “a los residentes nacionales de salud de todas las especialidades que se desempeñan en efectores de salud pediátricos y no pediátricos”. De hecho, la “recomposición no podrá ser menor a la que recibían en términos reales en noviembre” de 2023.
Otro punto importante es la eximición “a todo el personal de salud que se desempeña en efectores públicos y privados del pago de ganancias cuando desempeñan actividades críticas, horas extras y/o guardias”. Como emblema de esta puja se declara “al Hospital de Pediatría ‘Prof. Dr. Juan P. Garrahan’ como hospital de referencia nacional en la atención pediátrica de alta complejidad”. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), el “impacto fiscal” de julio a diciembre sería de $65.573 millones.
Blindaje al financiamiento de las Universidades
El texto impone la actualización “al 1 de enero de 2025, según la variación acumulada del Índice de Precios al Consumidor (IPC) informado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC),en el período comprendido entre el 1º de mayo al 31 de diciembre de 2024”, del “monto de los gastos de funcionamiento de las universidades públicas”. Y, para el corriente año, subas bimestrales.
Por otra parte, el Ejecutivo “deberá actualizar los salarios de los docentes y no docentes de las universidades públicas entre el período 1/12/2023 hasta la sanción de la presente ley, en un porcentaje que no puede ser inferior al Índice de Precios al Consumidor (IPC) informado por el INDEC en el mismo período”. Y todo incremento tendrá que “ser remunerativo y bonificable”.
Además, ante una eventual reactivación de la ley, al mes habrá que “convocar con carácter obligatorio a la negociación paritaria, con una periodicidad que no podrá exceder los tres (3) meses calendarios, asegurando en todos los casos y tramos de la negociación una actualización mensual no inferior a la inflación publicada” por el INDEC, tanto “para personal docente como no docente”.
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