Crimen en Balsa Las Perlas: mató a un joven de un certero tiro en el cuello
Dos hombres fueron juzgados, pero no se comprobó la participación de uno de ellos y lo absolvieron. El condenado pidió perdón a la familia de la víctima.
Una disputa entre bandas por el dominio territorial y la venta de drogas habría sido el móvil del asesinato de Sandro Ismael Alfaro, ocurrido la tarde del 3 de mayo del año pasado en una calle de Balsa Las Perlas.
La hipótesis surgió en el juicio realizado entre junio y julio último al que llegaron acusados Claudio Guillermo Cid, de 24 años de edad y Matías Martín Hoingo, de 23, ambos albañiles y residentes en Valentina Sur, el barrio neuquino ubicado río Limay de por medio.
Según la acusación presentada por la fiscalía representada por Martín Pezzetta y Juan Pablo Escalada, Hoingo y Cid, armados con una pistola 9 mm y un revolver 38 respectivamente, se acercaron en una moto hasta el barrio La Ruca del poblado cipoleño, y al encontrarse con Alfaro que caminaba junto a su hermano les efectuaron de manera conjunta al menos 8 disparos.
Uno de los balazos impactó en la zona del cuello de la víctima, quien falleció pocos días después en el hospital Castro Rendón de Neuquén.
Los dos fueron imputados por el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego con concurso ideal con portación de arma de fuego de guerra”.
El abogado querellante Pablo Barrionuevo, que representó a la mamá del joven asesinado, adhirió a la acusación formulada por la fiscalía.
Mientras que el defensor de Hoingo, Nahuel Urra, reconoció que el muchacho participó en el hecho y disparó, pero aclaró que lo hizo para defenderse, ya que previamente los hermanos Alfaro lo habían atacado. Postularon que se trató de un enfrentamiento entre bandas antagónicas y que su defendido actuó en “legítima defensa”.
Por su parte, los abogados de Cid, Iván Chelía y Darío Ottonelo, resaltaron que su pupilo nunca estuvo en el lugar donde se produjo el crimen.
Testimonios contradictorios
En el debate que se desarrolló en cinco audiencia, declararon personas vinculadas tanto a la víctima como a los acusados.
Varias de esas declaraciones, brindadas por testigos que afirmaron haber estado en la escena de los hechos, fueron consideradas contradictorias por el tribunal integrado por los jueces Julio Sueldo, Guillermo Baquero Lazcano y Marcelo Gómez.
Pero además de entre esas aseveraciones surgieron dudas con respecto a la participación de Cid en el homicidio.
Por caso Hoingo pidió declarar y dijo que esa tarde había ido en moto hasta Las Perlas a llevar dinero a su hermano Daniel y que al pasar por la casa de un amigo, Nazareno Monge, se encontró con otro hombre que identificó como Juan, quien le pidió que lo llevara hasta Balsa.
Los defensores del acusado insistieron en que la muerte de Alfaro se produjo en un enfrentamiento, lo que fue desestimado por la fiscalía.
“... ambos imputados se dirigieron al lugar armados a matar por los problemas que ya tenían en el barrio”, enfatizaron, en alusión al enfrentamiento que había entre dos grupos enemistados, en un contexto de “usurpación, drogas, etc”, expresaron desde esa parte.
Los jueces declararon culpable a Hoingo en el juicio de responsabilidad, mientras que no encontraron pruebas para incriminar a Cid, por lo que fue absuelto y quedó en libertad de manera inmediata. De todos modos la querella anticipó que recurrir su absolución.
Juicio de cesura contra Hoingo
En el juicio de cesura para determinar la pena de Hoingo, la fiscalía, la querella y las defensas acordaron imponerle 12 años de prisión al joven acusado.
Sostuvieron que la teoría del enfrentamiento no pudo ser comprobada, como tampoco la hipótesis que afirmaba que disparó -tal como admitió- para defenderse.
El muchacho, que no tenía antecedentes penales y al momento de declarar en el juicio se mostró arrepentido y pidió disculpas a la familia de la víctima, aceptó el castigo acordado.
Cuestionamientos a la investigación
El tribunal señaló cuestionamientos a la investigación, dado que quedaron algunos aspectos que no se esclarecieron, de acuerdo a lo escuchado en el debate.
Por caso destacaron la existencia “del tal Juan” que según Hoingo lo acompañó a Las Perlas, o de Monge, que algunos testigos lo ubicaron en el sitio de la balacera.
“… no sabemos si estos se conocía de antes, la defensa pudo o bien tratar de ubicarlos o bien pedirle a la Fiscalía que lo haga, no se demostró que se hubieran hecho los intentos por ubicar al tal Juan o a la persona que también se menciona como Monge”, expresaron en el fallo.
También se refirieron con objeciones a la labor desarrollada por la Brigada de Investigaciones y del Gabinete de Criminalística de la Policía, dado que consideraron que “no han aportado otra información de relevancia más que los dichos de vecinos y de los testigos directos antes mencionados”.
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