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La Mañana

De la diversión a la adicción

Terminá con eso y vení a comer!” o “¡Apagá la computadora y andá a dormir!”, ordenan los padres a sus hijos por estos días de vacaciones. Del otro lado llega la respuesta: “¡Ya estoy terminando!”. Los videojuegos pueden resultar para la salud mucho más graves de lo que parece. De ser una simple actividad de diversión o una vía de escape a los problemas que presenta la cotidianidad para los adultos, puede convertirse en un problema de adicción.

Hace unos días se adelantó que, por primera vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificará la adicción a los juegos electrónicos como un desorden mental, ya que describen la obsesión por ellos como “un patrón de comportamiento de juego persistente o recurrente”.

Es que la preocupación está dada por que esa conducta de jugar en forma constante se impone por sobre otros intereses de la vida y de las actividades cotidianas.

El trastorno será incluido en la próxima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS, que consiste en un manual de diagnóstico utilizado por investigadores y doctores a nivel mundial para rastrear y diagnosticar enfermedades.

Sin duda, esta decisión de la OMS provocará controversias entre especialistas.

Según los primeros criterios establecidos por los profesionales de la OMS, alguien convive con el trastorno “si no controla la conducta de juego”. Para que sea considerado un problema mental, el comportamiento respecto del juego tiene que ser recurrente y deteriorar el entorno personal, familiar y social del usuario durante al menos un período de un año. Alguno podría preguntar también por qué no se incluye la adicción al celular o a internet.

Por primera vez, la OMS clasificará la adicción a los juegos electrónicos como un desorden mental.

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