La noticia se confirma en un momento complejo para el entrenador del Manchester City, quien atraviesa una mala racha tanto profesional como personal.
La noticia de la separación entre el entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, y Cristina Serra comenzó a tomar forma cuando los medios especializados, como Laura Fa y Lorena Vázquez en su espacio ‘Las Mammarazzis’, confirmaron que la decisión fue tomada el mes pasado.
Sin embargo, este anuncio coincide con un momento delicado para el técnico catalán, que se encontraba atravesando una mala racha tanto en lo profesional como en lo personal.
El rumor sobre la ruptura de la pareja ganó terreno poco después de que circularan imágenes de Guardiola durante un partido de la Champions League. En el encuentro contra el Feyenoord, el entrenador fue captado arañándose la cara, una señal evidente de su enojo y frustración. Al término del partido, que finalizó en empate 3-3, su rostro mostraba varios arañazos con sangre. Si bien en el campo de fútbol las tensiones son comunes, muchos interpretaron estos gestos como una manifestación de los sentimientos que también experimentaba en su vida personal.
A la tensión profesional en el Manchester City se sumaba la crisis que se vivía dentro de su hogar.
Una relación marcada por la distancia física y emocional
Desde 2019, la prensa británica señalaba que Cristina Serra se había instalado entre Barcelona y Londres, lejos de la vida en Mánchester junto a su esposo. Este movimiento podría haberse debido a motivos laborales, pero no significaba que la pareja hubiera tomado decisiones definitivas sobre su relación. A lo largo de los años, ambas partes se habían mostrado muy discretas frente a los medios, lo que dificultaba confirmar o desmentir las versiones sobre su separación.
De acuerdo con los informes, la ruptura fue “amistosa y cordial”, aunque el hecho de que no haya declaraciones oficiales de los involucrados ha generado que la prensa se mantenga en silencio. Fuentes cercanas a la pareja indicaron que la separación no se produjo de manera abrupta, sino que fue el resultado de una relación que se había ido desgastando con el tiempo.
El comienzo de una historia que perduró casi tres décadas
El camino de Pep Guardiola y Cristina Serra comenzó en una tienda familiar en la que Serra trabajaba. El comercio era frecuentado por deportistas, entre ellos el propio Guardiola, quien en ese entonces todavía jugaba profesionalmente. La pareja formalizó su relación en 2014 con una ceremonia privada en Matadepera, Barcelona, y desde entonces compartieron una vida juntos que duró más de 30 años.
Juntos tuvieron tres hijos: María, Màrius y Valentina. María, la mayor, se ha destacado como influencer en Londres, acumulando una gran cantidad de seguidores en redes sociales gracias a su contenido de moda. Por su parte, Màrius se dedicó a la publicidad y al marketing, trabajando como CEO en varias empresas, mientras que Valentina, la más joven, sigue concentrada en sus estudios y ha apoyado a su padre en diversas ocasiones durante los partidos del Manchester City.
A lo largo de su carrera, Cristina Serra estuvo presente en los momentos clave de la vida profesional de Guardiola, tanto cuando él jugaba como cuando asumió el rol de entrenador en clubes como el Brescia Calcio, la A.S. Roma y el Al-Ahli Doha.
El factor de la mansión en Pedralbes
Un elemento que podría haber influido en la ruptura fue la adquisición de una mansión en Pedralbes, Barcelona, en 2021. Esta vivienda, valorada en más de 10 millones de euros, parecía haber sido comprada con la idea de que Guardiola regresara a la ciudad, pero la propiedad quedó a nombre de Serra, quien necesitaba continuar con su trabajo como empresaria en Barcelona. La separación física de la pareja, que desde entonces pasó gran parte de su tiempo en Londres y Barcelona, terminó afectando la relación.
El hecho de que, según algunos informes, Cristina y Pep celebraran las últimas navidades juntos podría haber sido un indicio de que la separación definitiva aún no era algo claro para ambos. Sin embargo, con el tiempo, la distancia y la falta de interacción pudieron haber sellado un destino que parecía inevitable.
Te puede interesar...
Lo más leído
Dejá tu comentario