Por qué Martín Demichelis odia los partidos amistosos en River

Para Martín Demichelis, director técnico de River Plate, los amistosos son un verdadero dolor de cabeza antes que una buena preparación para lo que viene desde que asumió en su cargo. Esa clase de partidos representan una auténtica maldición en lo que respecta a los lesionados, con un Agustín Sant'Anna que se sumó a una preocupante lista con la rotura del menisco externo que sufrió ante Millonarios de Colombia el martes por la tarde.

Por un simple choque, el esguince inicial se transformó en una inoportuna lesión tras los resultados de los estudios por imágenes, por lo que River no tendrá a su lateral derecho titular para los octavos de la Libertadores ante Talleres de Córdoba. Una baja más de las tantas que padeció el DT en esta clase de partidos, con Gonzalo Martínez como ejemplo más doloroso.

En el arranque de este año, cuando el Pity disfrutaba de la pretemporada en Estados Unidos tras una extensa recuperación de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda que sufrió en Arabia Saudita, fue a jugar un amistoso ante un selectivo local, se le trabó la rodilla al intentar mantener una pelota en cancha y horas después se confirmó que sufrió por tercera vez la misma lesión. Otro nuevo golpe para una leyenda del CARP que le apunta a volver recién entre fines de octubre y noviembre.

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Los dolores de cabeza de Demichelis en los amistosos lo acompañan desde el día de su debut. Su presentación en el banco Millonario ante Unión La Calera en San Luis en diciembre de 2022 quedó opacada por la fractura de tobillo con compromiso ligamentario de Matías Kranevitter, que hacía su reestreno tras la vuelta a Núñez. Así, el volante central pasó de proyectarse como la rueda de auxilio de Enzo Pérez a tener que estar cinco meses alejado de la canchas, lo que lo llevó a perder terreno y aún no encontrar su mejor versión.

La preocupante lista de lesionados de River en partidos amistosos del ciclo Demichelis

Otro futbolista que padece el mal de los amistosos es Manuel Lanzini, y por partida doble. Porque días después de conocerse la triste noticia del Pity, el 10 sufrió un desgarro en el aductor derecho frente a Pachuca y en un plazo mucho más extenso que el normal para este tipo le lesiones necesitó 45 días para tener el alta médica. Y en mayo pasado, en un juego informal frente a Tigre en el Camp (a puertas cerradas), sufrió una pequeña fractura de base del primer metatarsiano del pie derecho y al menos pudo cerrar el semestre un mes después ante Riestra.

En un 2024 que arrancó torcido en suelo estadounidense, Santiago Simón fue otra víctima de una racha de lesiones importantes en River, que van más allá de algunas molestias propias y hasta normales por las exigentes pretemporadas. El volante no pudo salir a jugar el segundo tiempo frente a Rayados de Monterrey por una luxofractura en el primer metacarpiano de la mano derecha, lesión ósea que lo marginó de los trabajos a máxima exigencia durante 43 días.

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Otro que se quedó en el vestuario en ese encuentro en Dallas fue Franco Armani (ingresó Centurión), aunque su salida por una cuestión muscular se trató de una falsa alarma al igual que el chico Tobías Leiva, quien ante Pachuca se fue llorando de la cancha aunque no pasó de un fuerte golpe debajo de la tibia.