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La Mañana Vinos

La cocina cotidiana tiene sus propios vinos: ¿cuáles comprar?

La gastronomía hogareña argentina tiene vinos a su medida, lejos de la potencia del asado y más cerca de la sencillez de las milanesas.

Joaquín Hidalgo

Especial

Buenos Aires.- El asado es una comida de excepción. Con suerte, una vez a la semana los argentinos cumplimos la fantasía de comer carne asada. Entretanto, en la mesa cotidiana transitan otros platos. Desde una ocasional lasaña a una simple tarta de jamón y queso; desde un bife de cuadril vuelta y vuelta a unas milanesas con ensalada de lechuga y tomate; desde un omelette con algunas sobras a una sopa de calabaza, unos fideos con oliva y queso, una cuantiosa polenta con leche y boloñesa o bien un pollo al horno con papas.

Entre esos extremos –el asado y la realidad de la mesa– se juega un partido curioso. Si pudiéramos elegir, apostaríamos por el asado, pero nos quedamos con las lentejas o las milanesas a diario. ¿Qué tiene que ver esto con los vinos? Mucho más de lo que suena. Porque con el vino pasa lo mismo: la fantasía carnívora es tomar vinos potentes para llevarse puesta a la vaca imaginaria, cuando a diario lo que necesitamos es un vino fácil, cordial y de logrado sabor.

Sin embargo, la mayoría del vino que se produce en Argentina está pensado para el asado. Mientras que para el plan diario, la oferta es escasa. O era. Porque hay que decir que la cosa viene cambiando para bien. Y en distintos niveles de precios.

Nuevos vinos gastronómicos

Hay una nueva tanda de tintos, sobre todo, pensados para una gastronomía cotidiana. Vinos ligeros y expresivos, de frescura lograda, que no precisan de un chuletón de kilo y medio para encontrar contrapeso. Por el contrario, estos cabernet o malbec, pero sobre todo merlot, syrah y pinot noir que no exageran sus maneras ni están atorados de roble, juegan en la mesa de los platos diarios con lograda cintura.

¿Cómo reconocerlos? Provienen de zonas frescas y de altura, como el Valle de Uco. ¿Es ley esta condición? No, pero se cumple bien con estos vinos: la nueva fórmula de Cepa Tradicional (2016, $165), Ciento Cuarenta Caracteres Cabernet Sauvignon (2016, $150), Saurus Malbec (2016, $100), Acordeón Malbec (2015, $160), Domaine Bousquet Merlot (2016,$165), J.H. Fabré Malbec-Cabernet Franc (2014, $150),Trivento Malbec (2016, $155) y Amalaya (2015, $190), en una gama de vinos asequibles. Más arriba en precio y prestancia, por ejemplo, Traslapiedra Malbec (2016, $400 x 1,25lts), Gran Alambrado Blend (2015, $250), Salentein Reserve Malbec (2015, $250) y Don Nicanor Barrel Malbec (2015, $427).

Todos los días, un blanco

Es con los blancos, sin embargo, donde mejor se verifica esta ecuación. No hace falta que ofrezcan cuerpo y abundante roble, todo lo contrario. Con buena frescura, nervio tenso y aromas frutales, alcanza para ofrecer un sabor más en la mesa. Uno, que es mejor que las gaseosas y mejor aún que las cervezas. ¿La razón?

Sencillo: un chardonnay, un sauvignon blanc de altura o del llano pero con tensión y fruta cubren el amplio espectro que va desde una merluza a la romana hasta unos bifes a la criolla; desde un pollo a la sal (con unas gotas de limón) hasta unas costeletas de cerdo horneadas. Eso, para no hablar de pizzas, empanadas, ensaladas y un largo y rico etcétera del día y día.

En ese plan, conviene apuntar a vinos como Linda Unoaked Chardonnay (2016, $185), Norton Finca La Colonia Chardonnay (2015, $150), Killka Sauvignon Blanc (2016, $150), Saurus Chardonnay (2016, $100) y Cafayate Torrontés (2016, $126). Y un poco más arriba en precio, Fin del Mundo Reserva Chardonnay (2015, $250) y Costa&Pampa Chardonnay (2015,$330) y Sophenia Reserva Chardonnay (2015, $230).

Blancos:Hay vinos de un amplio espectro que van bien incluso con las carnes rojas.

¿Y para el asado?

Para un plato de excepción como es el asado, pero también para el locro o la carbonada (más excepcionales aún), podemos reservar otros vinos. En el caso del asado, sin dudas unos tintos frutales, jugosos, con madera y trazo ligeramente tánico andarán a la perfección. Claro, de eso hay mucho en la góndola local, así es que hay menos margen de error. Pero puestos a elegir, nada como Trapiche Reserva Malbec (2015, $175), Alta Vista Classic Reserve (2015, $175), Piattelli Premium Mendoza Malbec (2015, $250), Casa Boher Malbec (2014, $260) y Caballero de la Cepa Reserva Malbec (2015, $226).

Tintos para un día especial

Los consumidores argentinos tendemos a imaginar un día especial para un vino especial. Así, compramos una botella costosa para cuando llega la ocasión y esperamos sorprendernos. Eso seguro sucederá con tintos locales. El truco está, sin embargo, en encontrar vinos que sorprendan a diario. Para tomar una o dos copas por noche con la comida y dormir el sueño apacible de los satisfechos.

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