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La Mañana

La monja sigue haciendo lío

El mundo sería otro si existieran más religiosas como la hermana Mónica Astorga.

"En la época de Jesús, los leprosos eran rechazados así. Ellas son los leprosos de la actualidad. No dejes el trabajo de frontera que te tocó”. Fue el mensaje preciso y alentador que le dedicó el papa Francisco a la hermana Mónica Astorga, integrante del monasterio de Carmelitas Descalzas de Centenario, en relación con las mujeres transexuales a las que desde hace más de once años viene ayudando para que abandonen la prostitución y las adicciones.

El domingo, LM Neuquén dio a conocer un nuevo mensaje que le llegó a la religiosa desde el Vaticano. Enterado de la puesta en marcha de dos proyectos que Astorga venía batallando desde hace varios años, como la creación de un hogar de ancianos atendido por mujeres trans, capacitadas en adultos mayores, y la construcción de viviendas para personas de este colectivo, la máxima autoridad de la Iglesia católica escribió: “A vos y al convento los tengo cercanos a mi corazón, como también a las personas con las que trabajan”.

El mundo sería otro si existieran más religiosas como la hermana Mónica Astorga

La hermana Mónica eligió que su forma de hacer lío -como una vez el Papa les pidió a los jóvenes para que lucharan por su dignidad- es ayudar a quienes sufren el rechazo más brutal y la discriminación, sin ser juzgadas, ni cuestionadas.

El mundo sería otro si existieran más religiosas como Mónica, quien no cesará de transitar sus días de espiritualidad y oración junto a estas mujeres. Entre ellas, la que una tarde llegó angustiada hasta la puerta del monasterio para pedirle ayuda porque sólo le quedaba expresar su último deseo: una cama limpia para morir. Entendió la herida que cargaba esta mujer como tantas otras que se fueron acercando, y desde entonces emprendió esta revolución.

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