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La Mañana Columna de Opinión

La ola de odio que no termina

En las redes sociales, la incitación al odio y a la violencia se multiplican en cada tema que genera polémica.

Estamos jodidos. Recontra jodidos. Pero no solo por la pandemia que también jodió al mundo. Nosotros venimos jodidos desde hace años y seguiremos jodidos vaya a saber cuántos años más. Recontra jodidos.

Uno puede hacer una marcha para protestar por lo que sea: por la inseguridad, por la economía, por la corrupción, por el plan de vacunas, por el aborto, por la falta de trabajo, por el hambre, por el apoyo a uno, por el repudio al otro... En fin, si hay algo que sabemos los argentinos es hacer marchas. Nos encantan cuando somos gobierno o somos oposición porque es la manera de autoconvencernos de que algo va a cambiar. Y las venimos haciendo desde siempre. Lo llamativo es que las marchas nunca cambian nada porque las soluciones a los problemas pasan por otro lado.

Y lo peor todavía es que cada marcha que se hace agranda más la brecha (o la grieta), enciende odios de uno y del otro lado frente a un gobierno que -supuestamente- venía a poner paños fríos para pacificar a los argentinos, igual que otros que lo precedieron y nunca lo lograron.

Estamos jodidos. La que se hizo el sábado para repudiar la vacunación VIP es el mejor ejemplo de este fenómeno de violencia que no solo no baja, sino que se incrementa. Bolsas negras mortuorias con mensajes, sindicalistas para patotear a los manifestantes, redes sociales vomitando odio de uno y otro lado. Violencia en estado puro.

Mientras tanto estamos atravesando una pandemia y ya llevamos más de 50.000 muertos.

¿Seremos capaces los argentinos de salir algún día adelante? ¿O seguiremos en esta carrera demente asumiendo las consecuencias a cualquier costo?

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