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La Mañana indemnización

Insólito: echaron sin indemnización a una mujer porque llegaba muy temprano al trabajo

La trabajadora había sido advertida varias veces sobre su accionar y decidieron recurrir a la Justicia.

Un caso inusual dentro del ámbito laboral terminó en un despido sin derecho a indemnización. Una trabajadora perdió su puesto luego de presentarse de forma reiterada, en su lugar de trabajo, antes de la hora establecida.

Aunque pueda parecer una conducta positiva para cualquier empleador, la situación se volvió problemática porque la empleada ingresaba cuando la oficina todavía estaba cerrada o sin personal suficiente para iniciar operaciones.

Una empresa de paquetería en Alicante donde se desempeñaba, le había advertido en múltiples ocasiones, primero de manera verbal y luego por escrito, que debía respetar el horario fijado. La presencia anticipada resultaba improductiva y contrariaba los procedimientos internos, ya que no existía ninguna tarea asignada para ese tramo previo. La persistencia en ignorar esas advertencias fue determinante en el desenlace.

Para la empresa, la cuestión no se relacionaba con la puntualidad, sino con la desobediencia: la trabajadora ingresaba en momentos en que no podía desarrollar funciones, interfería con el sistema de control horario y alteraba el orden operativo.

Advertencias reiteradas y conductas que quebraron la confianza

El Juzgado de lo Social N°3 de Alicante justificó el despido en tres puntos centrales. En primer lugar, consideró probado que la empleada ingresó casi veinte veces antes del horario oficial solo en el mes posterior a la advertencia escrita. La instrucción era clara: no acceder antes de las 7.30. Aún así, la conducta se mantuvo durante semanas. Para el tribunal, esta insistencia configuró una desobediencia directa.

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La trabajadora ingresaba entre 30 y 45 minutos antes de la hora fijada, pese a las advertencias de la empresa.

La trabajadora ingresaba entre 30 y 45 minutos antes de la hora fijada, pese a las advertencias de la empresa.

En segundo lugar, el juzgado verificó un uso irregular de la aplicación de control horario. La trabajadora registró su salida en varias oportunidades cuando ya estaba fuera de las instalaciones, incluso a varios kilómetros, sin que sus funciones contemplaran traslados. Esa manipulación reforzó la percepción de deslealtad.

El tercer elemento fue la venta de una batería usada de un vehículo perteneciente a la empresa. La empleada la entregó en un desguace sin autorización. Si bien el valor del elemento no era alto, el tribunal señaló que la acción quebró la relación de confianza, condición esencial en cualquier vínculo laboral.

Durante el juicio, la empleada sostuvo que necesitaba anticiparse para gestionar la carga diaria y que la práctica había sido tolerada por más de dos años. Sin embargo, el tribunal concluyó que ese supuesto permiso previo nunca existió. Además, quedó confirmado que ningún otro trabajador ingresaba antes de tiempo y que no existía una razón operativa que justificara su conducta.

Un despido disciplinario enmarcado en la ley laboral

La sentencia ya firme, cita el artículo 54.2 del Estatuto de los Trabajadores, que contempla como causales de despido disciplinario las faltas repetidas e injustificadas de puntualidad, así como la indisciplina y la desobediencia. Para el juzgado, la actitud de la trabajadora encajó dentro de ese marco normativo.

El tribunal sostuvo que la conducta afectó la relación de lealtad con la empresa, sobre todo después de recibir advertencias concretas. La insistencia en entrar antes del horario y las irregularidades en el registro horario llevaron al juez a concluir que la continuidad del vínculo laboral era inviable y no merecía indemnización.

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