Dieta keto sin mitos: en qué casos funciona y cuánto tiempo se puede sostener
Antes de iniciarla, es clave entender cómo funciona y contar con el seguimiento de un nutricionista o un endocrinólogo.
En el amplio abanico de estrategias nutricionales para la pérdida de peso, la dieta cetogénica o dieta keto ganó gran popularidad en los últimos años. Se trata de un plan alimentario alto en grasas, con proteínas moderadas y una fuerte restricción de los carbohidratos, lo que induce al organismo a un estado de cetosis, en el que utiliza la grasa como principal fuente de energía.
Sin embargo, antes de iniciarla es fundamental realizar una consulta médica, ya que no es un enfoque apto para todas las personas y requiere una evaluación profesional para evitar posibles riesgos para la salud.
¿Qué es el estado de cetosis?
Consiste en obtener la energía que necesitamos a partir de cuerpos cetónicos (provienen de ácidos grasos) en lugar de emplear la glucosa.
Su funcionamiento ha sido ampliamente estudiado en patologías como epilepsia, cáncer e incluso diabetes, con resultados satisfactorios a nivel terapéutico.
¿Para quién es adecuada la dieta keto?
No se trata de un tipo de dieta para llevar a cabo como pauta habitual de alimentación, por los desequilibrios que puede generar en el perfil lipídico, sobre todo en el LDL (LDL significa lipoproteínas de baja densidad en inglés. En ocasiones se le llama colesterol 'malo' porque un nivel alto de LDL lleva a una acumulación de colesterol en las arterias).
La dieta cetogénica puede ser una estrategia más para emplearla en determinados casos con patologías cardiometabólicas, durante un determinado periodo de tiempo y siempre supervisada por un dietista-nutricionista.
Puede favorecer la pérdida de grasa de forma significativa, siempre y cuando exista un déficit calórico . Suelen funcionar bien en personas que puedan presentar disfunciones metabólicas, como la resistencia a la insulina, frente a una dieta alta en carbohidratos y baja en grasas.
Dieta keto combinada con entrenamiento de fuerza
En relación al impacto que pueda presentar en personas que realizan entrenamiento de fuerza, la evidencia científica nos dice que no suelen presentar una pérdida en la producción de fuerza, ya que este tipo de esfuerzos van a depender directamente de las reservas de fosfocreatina (sistema de fosfágeno).
Algunos estudios confirman este aspecto y muestran que los atletas que llevaron a cabo esta dieta junto con un entrenamiento de fuerza, no solo no vieron mermadas sus capacidades de generar fuerza, sino que además perdieron más grasa en comparación con aquellos que siguieron una dieta con hidratos de carbono. No obstante, este aspecto se sostiene para un corto periodo de tiempo con dieta cetogénica, donde no se producen pérdidas de fuerza significativas. Para determinar sus efectos a más largo plazo, deben realizarse más estudios de mayor duración.
A modo de resumen sobre este tipo de dieta, debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Para que se dé la utilización de las grasas acumuladas como fuente de energía, además es necesario un déficit calórico.
- Se utiliza como herramienta en dietoterapia para mitigar sintomatología en determinadas patologías, siempre bajo la supervisión de un profesional: epilepsia, metabólicas, etc.
- Si decides hacer dieta cetogénica, que sea siempre bajo la supervisión de un dietista-nutricionista o médico endocrino y durante un tiempo determinado, nunca de forma prolongada.
- No es una estrategia nutricional para todos y es preciso conocer sus fundamentos para llevarla a cabo correctamente, siendo recomendable la orientación por un dietista-nutricionista o médico endrocrino.
Si lo que se pretende es ganar masa muscular, a la vista de la evidencia científica actual, una estrategia cetogénica no será la mejor opción, siendo una dieta alta en carbohidratos una mejor vía para lograr este objetivo.
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