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La Mañana

Negro el 8 (por ciento)

Cuánto pasará para que el aumento en el precio de las naftas, aplicado desde la noche del miércoles pasado, se traslade a otros rubros. Quizás sea la mayor incertidumbre del Gobierno, que por estas horas busca las fórmulas para contener el ocho por ciento de suba, el primer incremento de una serie que podría llegar durante el primer trimestre y que marcarían el ritmo inflacionario de 2017, un año en el que Cambiemos plebiscitará su gobierno en las elecciones de octubre próximo.

Desde tiempos inmemorables, y aún más con la caída de otros sistemas de transporte, como el ferroviario, sabemos que la economía argentina se mueve sobre ruedas, es decir, a través de transporte terrestre, por lo que el traslado del incremento de las naftas a los costos de flete sería inminente. Y esto será una cadena sin fin dentro del “ecosistema” financiero, que repercutirá en cada uno de nuestros hogares. Porque no hay recetas mágicas a la hora de solucionar las finanzas si los precios y los costos suben por ascensor y los salarios -en medio de una inminente flexibilización laboral- apenas suben por escaleras comunes y con un bastón en la mano para dar un poco de impulso.

Mientras las autoridades nacionales y locales nos embelesan con los anuncios de inversiones en Vaca Muerta (una vez más), se suceden los despidos en el mundo petrolero. O, por ejemplo, un intendente del interior provincial pide “tomar con calma” la noticia para evitar un aluvión de personas necesitadas de un sueño de prosperidad.

No es magia, no es sueño. Es preciso que el Gobierno, ya en su tercer semestre, deje de culpar a la herencia y tome las riendas, y cumpla objetivos para el bienestar de los argentinos.

Las naftas aumentaron el 8 por ciento e inauguraron la temporada de suba de precios en 2017.

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