Furor de pescadores en el canal principal que lleva cada vez menos agua
El DPA cortó a fines de abril el riego. Es el momento de atrapar pejerreyes, carpas y alguna que otra trucha. Es una temporada de pocos días, porque los cauces se secan y los peces mueren.
Con el corte del riego en el Alto Valle una gran cantidad de pescadores se vuelcan al canal principal en busca de las deseadas presas que van quedando cada vez más indefensas por la escasa cantidad de agua que languidece en el curso artificial, que terminará seco por completo en no muchos días más.
Pejerreyes, una que otra perca, rara vez alguna trucha y muchas carpas son las especies que encuentran los entusiastas aficionados, que saben que el período de abundancia es breve, y hay que aprovecharlo a máximo.
Las capturas tienen como destino, en su mayoría, el consumo personal, aunque también, como en el caso de las carpas, hay quienes las utilizan como carnada para el mar.
Para muchos es una salida de esparcimiento con amigos, con los hijos y hermanos. También están los que aprecian el silencio y la serenidad que encuentran en las márgenes.
Este “coto de pesca” público que seguramente no imaginó el ingeniero César Cipolletti cuando proyectó la monumental obra de irrigación, arranca en el dique Ballester, en Contralmirante Cordero, donde deriva el agua del río Neuquén, y tras atravesar 130 kilómetros llevado por la gravedad vuelve al río Negro a la altura de Chichinales.
En su trayecto pasa por el centro de ciudades, como Cinco Saltos, JJ Gómez, Allen, General Roca, Ingeniero Huergo, Godoy, Villa Regina y la misma Chichinales, por lo que el curso tiene una fuerte vinculación con la población, que se ha expandido en su entorno.
Tradicionalmente la pesca ha sido aprovechada por los propios vecinos. Es una práctica artesanal, con instrumentos elementales, como un ovillo de tanza, el clásico tarrito o una simple caña con reel.
Se pueden utilizar cucharitas como señuelos, sobre todo las siempre efectivas voladoras u otras similares de tamaño chico. Incluso se han hecho pruebas con mosca y también con buenos resultados.
Como no hay control de las autoridades porque se considera que es un recurso que indefectiblemente se pierde si no es aprovechado, es posible emplear artes de pesca prohibidas en ríos y lagos de la zona, como líneas de fondo con anzuelos encarnados con lombrices, gusanos tenebrio, lampreas o masa de harina, entre otros artilugios que garantizan buenos piques.
Pocos días para aprovechar
La temporada de pesca en el canal principal que lleva el agua para regar el Alto Valle rionegrina es fugaz, se extiende apenas unos pocos días. Este año las compuertas del dique Ballester, donde se inicia la red hídrica, se comenzaron a cerrar el 29 de abril, de acuerdo a lo informado por el Departamento Provincial de Aguas (DPA).
Se trata de un proceso que debe realizarse progresivamente, en varios días, para evitar que las instalaciones sufran algún deterioro. Además, un corte abrupto podría provocar desmoronamiento de taludes y generar filtraciones en el futuro.
De allí que al frenar el caudal los niveles descienden paulatinamente y dan lugar a remansos donde las posibilidades de capturas son casi seguras, pero que se transforman en pozones donde los peces quedan sin escapatoria. En esa instancia se estaba este último fin de semana, por lo que la temporada está en tiempo de descuento, hasta la próxima apertura de las compuertas del dique, que se produce usualmente en agosto de cada año.
Un medio que difunde la actividad
Los pescadores del canal tienen una cuenta de Facebook donde se comparte información y experiencias, se brindan consejos útiles sobre los lugares más adecuados para pescar, y también se difunden ofertas de compra-venta de anzuelos, tanzas, cucharas, plomadas cañas, reeles, redes y también carnada. Hasta hay una “atarraya”, una red circular que se utiliza mucho en otras regiones, que al arrojarla embolsa los peces, por 35 mil pesos.
La página se llama “pesca en general roca río negro”, pero participan aficionados de toda la región y más lejos también.
Por ejemplo, se ofrecen lombrices a la venta -$2 mil un tarro como de duraznos envasados-. Mientras que para quienes no cuentan con los recursos suficientes se recomienda utilizar masa, que no es otra cosa que una pasta de harina y agua con la que se envuelve el anzuelo. Dice que para la carpa es toda una tentación.
Además, se publican a modo de logro fotos de piezas capturadas.
Por supuesto que también hay espacios para las bromas, por aquella fama que adquirieron muchos pescadores que suelen exagerar algo los tamaños de sus piezas.
Crecer al lado del canal
Axel San Martín creció al lado del canal en su paso por Allen, más precisamente en el barrio El Salto, llamado así porque hay una compuerta que forma una pequeña cascada. Dice que lo conoce “de punta a punta”.
“Se donde hay enganches, donde está limpio. Me lo conozco todo”, agregó y menciona dos o tres lugares donde puede pescar hasta el menos experimentado, como el canal Pata Chula, donde el corte del agua deja una laguna llena de pejerreyes de distintos tamaños, ideales para prepagar una buena “fritanga”. “Sacan a lo loco”, enfatizó el muchacho y aseguró que en esta oportunidad “hay muy buen pique”.
Agrega que otro lugar clave es donde hay saltos, porque quedan lagunas con muchos peces que buscan sobrevivir en poca agua.
Contó que para él la pesca es algo habitual en su vida, y que suele salir con amigos, su hermano y su papá Ervin. Precisamente, su papá sacó días, atrás dos carpas de entre dos y tres kilos y precisó que las preparó para cocinarlas al horno.
Negó ese comentario propagado que advierte que tienen un sabor desagradable. Al contrario, afirmó que bien hechas son deliciosas y que poco a poco la gente se está acostumbrando a saborearlas.
Eso sí, resaltó en tono de asombro que es “impresionante la cantidad que hay en el canal” en alusión a la especie invasora, considerada como una plaga. Pero de todos modos pescarlas es una diversión y para muchos una salida alimentaria.
También pica en el Laguito
La imagen de dos chicos con cañas y boyitas en el tradicional "Laguito" de Allen, sorprendió. ¿Qué? ¿Están pescando ahí? Se preguntó más de uno. Y el resultado quedó en fotos... hubo pique y sacaron algunas carpas.
El Laguito, ese espacio público artificial que está ubicado en el ingreso a Allen por Ruta 65, tiene agua que proviene del canal. Sería lindo, opinó uno de los intrépidos pescadores urbanos, que el Laguito tenga agua todo el año y que las carpas puedan ser un atractivo más para los amantes del pique.
La trucha asombrosas
Un caso que generó innumerables comentarios lo protagonizó Javi Sánchez, quien sacó una trucha arco iris de cerca de tres kilos en el barrio El Salto de Allen. También criado al lado del canal, lo conoce como su casa y pesca de toda la vida. Pero esta pieza que logró es extraordinaria hasta para él.
"Creo que el canal me devolvió un poco de amor que le doy desde que tengo noción. Vivo enfrente, por lo tanto pescó siempre que puedo", destacó el joven.
Recordó que esa tarde había ido con su nene a tentar la suerte y cuando picó procovándole un fuerte cimbronazo en la caña calculó que era una carpa. Por eso fue enorme la sorpresa y la satisfacción cuando notó qué era lo que había capturado.
Mientras que Cristian Ibarra, pescó una carpa con un peso similar en la misma zona. En su posteo se armó un interesante debate acerca de su opción alimenticia y cómo prepararlas para que queden sabrosas.
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