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La Mañana Masonería

La misteriosa jabonería de Vieytes y la Logia Lautaro: los inicios de la masonería argentina

Un grupo de militares, entre ellos José de San Martín, se reunía en secreto con el fin de trabajar por la Libertad de las Américas.

Para las generaciones de los alumnos que estudiaban en la primaria con manuales escolares, la historia argentina comenzó siendo una serie de imágenes de hechos heroicos, próceres adustos y mapas cargados de colores, símbolos y referencias. Allí el General San Martín, por ejemplo, lucía retratado (en un posteriormente cuestionado) caballo blanco, las damas mendocinas bordando la enseña patria tras una reja colonial y un niño que iba a la guerra tocando un tambor en un lugar que llevaba el llamativo nombre de Tacuarí.

Entre todas esas imágenes, que después las revistas infantiles de la época como “Billiken” o “Anteojito” traían para recortar, figuraba una en especial en la que un grupo de hombres reunidos en secreto, urdían conspirativamente los últimos detalles de la revolución patria. Era “La Logia Lautaro” reunida en la jabonería de Vieytes. Junto a esa imagen y al relato de alguna de esas maestras, que hacían inspirar un temprano interés por la historia, quizás fue que escuchamos oír por primera vez de la Masonería.

La Masonería fue, en sus orígenes, una sociedad secreta, aunque en la actualidad sus miembros manifiestan que en realidad se trata de una sociedad “discreta” por su actual y gradual apertura hacia la sociedad. La historia de la masonería se remonta al antiguo Egipto, las culturas de medio oriente y la Europa medieval. En la historia de nuestro país está vinculada al período de la Revolución de Mayo, las Campañas Libertadoras y a la posterior conformación del Estado Nacional.

Las Logias son los lugares de reunión de los Masones, que se denominan así mismos como hermanos, ya que conforman una cofradía. El término proviene del vocablo griego “Logos” que implica la noción de un tratado y el verbo en acción con el que se argumenta, en términos razonativos, las verdades más profundas.

En diálogo con LMNeuquén la máxima autoridad de la Masonería Argentina, el Gran Maestre Pablo Lázaro explicó que Logia Lautaro era en realidad las Logias Lautarinas, que eran logias militares formadas por “cuadros masónicos” militares, entre los que podemos contar a San Martín, O'Higgins y otros tantos, que tenían como fin, trabajar por la “Libertad de las Américas”.

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Se las conoce en la masonería como “Logias Operativas” dado que tenían un fin específico. No estaban necesariamente nucleadas, ni agrupadas en una “Gran Logia”, como podemos ver hoy en las “Logias Simbólicas”, si no que tenían un fin militar y eran logias secretas.

"A la jabonería de Vieytes concurría un grupo que funcionaba como Logia, aunque nosotros no la consideramos así, porque participaban también de ella personas que no eran masones, aunque la gran mayoría la integraban hermanos masones. Utilizaban sí el método de “Trabajo en Logia” dado que respetaban la cantidad de miembros y la manera en la que trabajan los distintos grados, utilizando como lugar de encuentro una jabonería”, explicó Lázaro.

Hipólito Vieytes, nacido en 1762 en la localidad de San Antonio de Areco, Provincia de Buenos Aires, fue un militar, periodista, comerciante y hombre de leyes, que, además de estudiar filosofía, tenía vastos conocimientos de economía. Combatió las invasiones inglesas de 1807 y 1807 y en la reconquista de Buenos Aires alcanzó el grado de Capitán. Apoyó la Revolución de Mayo y fue miembro además de la “Sociedad Patriótica”, un grupo revolucionario fundado por Mariano Moreno.

Muchos historiadores coinciden en que la famosa Jabonería fue una pantalla para disimular las reuniones del cónclave revolucionario y que sólo funcionó por el término de dos años. A Hipólito Vieytes las crónicas los reflejan como el más exquisito productor de jabones y velas del Buenos Aires colonial. Como periodista fundó el primer periódico escrito por un nativo “El Semanario de la Industria y Comercio” y es en la casa de los Vieytes, en dónde se presume que comenzaron las primeras reuniones que desembocarían en las acciones revolucionarias de la gesta de mayo.

La ubicación de la casa, algo retirada de los lugares más concurridos y frecuentados de la ciudad, resulto ser el sitio ideal para organizar las primeras reuniones al amparo de curiosos y espías. Estuvo ubicada en la calle San Bartolomé (hoy México) entre las actuales calles Lima y Bernardo de Irigoyen. Sirviendo de local a una panadería conocida como “La Panadería de Videla”, fue refaccionada por Vieytes y su acaudalado socio comercial, Nicolás Rodríguez Peña. En algunos registros fílmicos del Archivo General de la Nación de 1964 puede verse la demolición de la casa colonial entonces ubicada en la esquina de Lima y Venezuela.

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La jabonería de Vieytes.

La jabonería de Vieytes.

A principio de la década del '60 en un artículo publicado en el diario La Nación, el historiador Manuel Carlos Meló afirma con sobradas pruebas la ubicación del inmueble, solicitando la Declaración Histórica al pedir: "Que se declare lugar histórico el solar de la calle México, donde funcionó la jabonería de Vieytes, ya que de la documentación estudiada por la Comisión Nacional surge, sin duda alguna que, en la finca a la sazón allí ubicada, y que fue propiedad del prócer Nicolás Rodríguez Peña, estuvo situado ese establecimiento, despejando las dudas que sobre este particular se suscitaron con motivo de divergencias de opinión entre estudiosos de la historia".

Una de las tantas remodelaciones del curso de la Avenida 9 de Julio arrasó con la casa en dónde se discutieron los primeros atisbos de la patria naciente. A pesar de haber sido declarada de interés histórico, triste destino que parece condenado a repetir el patrimonio identitario de nuestro origen como país.

La “Logia Lautaro” toma su nombre de la voz mapuche: “Lef-Traru” con la que se denomina al carancho (ave rapaz de centro y sur de América). El Cacique Lautaro, héroe de la guerra de Arauco en Chile y el símbolo de su Toqui Ceremonial inspiraron a los gestores de la Logia.

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El Cacique Lautaro.

El Cacique Lautaro.

Algunos autores afirman que fue creada secretamente por el General San Martín junto a Alvear y a Julián Álvarez en 1812 con el objetivo de la independencia de la Corona Española. A fines de 1812 se suma a esta Logia la “Sociedad Patriótica” creada por Mariano Moreno y a la que pertenecía Vieytes, el conspirador y mejor fabricante de velas y sebos.

La Logia Lautaro cumple sus objetivos con creces multiplicándose y extendiendo su influencia hacia otros países que nacían en el fragor de la proclama de sus independencias. En 1820, finalmente el Directorio Porteño disuelve la Logia ante la prerrogativa de un General San Martín que se niega a desenvainar su espada para derramar sangre en las guerras fratricidas que sumen al país en sus primeras agonías.

El edificio en el que se empezó a gestar la Revolución, que con la que se logró la Independencia, sucumbió ante el avance del “progreso”, materializada en la Avenida más ancha del mundo y cuyo nombre, irónicamente es la fecha fundacional de la patria.

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