Al menos 10 personas se abalanzaron sobre la mujer, que por la agresión chocó con un árbol. Intentó huir corriendo, la alcanzaron y le siguieron pegando.
Una empleada que volvía a su casa en moto después de la jornada laboral fue víctima de una brutal golpiza por parte de un grupo de personas enfurecidas que la confundieron con un ladrón en Trelew.
El violento episodio se registró el miércoles a la noche, cerca de las 22, cuando la joven circulaba por la la calle 28 de Julio..
Carolina Andrada, la damnificada, partió desde la intersección de Ramón y Cajal y Centenario cuando, tras recorrer pocas cuadras, repentinamente sintió un golpe en la cabeza.
"Tomé por Edison y doblé por 28 de Julio, cuando personas de una academia de baile que funciona en la A.O.T, salieron con palos y me dieron en la cabeza”, contó en diálogo con Diario Jornada.
Sorprendida por ese primer golpe, pronto advirtió que una buena cantidad de gente se abalanzaba sobre ella. Sin tener del todo claro lo que estaba pasando, ni el por qué de la situación, la mujer y madre de dos hijas intentó seguir camino para ponerse a resguardlo, pero no llegó muy lejos.
“Yo no entendía que pasaba y aceleré y choqué contra un árbol. En ese momento pensé que prefería morir al chocar y no a golpes", relató la víctima.
Tras el impacto, que destruyó completamente su moto, Carolina intentó seguir su hida corriendo. Sin embargo, enseguida los atacantes la alcanzaron y continuaron golpeándola con los palos, incluso después de que ella cayó al suelo.
Con dos esguinces y corriendo descalza
Un transeúnte que presenció la escena intervino gritandoles a los agresores, hasta que logró interrumpir el brutal ataque. "Por eso se detuvieron, de otro modo no estaría acá. Quiero agradecer a esa persona que no sé el nombre y me ayudó a llamar a la Policía y a mi hermano para que me llevara al hospital", reconoció la chica.
Para ese momento, se enteró de la “confusión” que la puso en la mira de los agresores, quienes habían salido de una academia de baile que funciona en la Asociación Obrera Textil (AOT). Minutos antes de que ella pasara por el lugar, alguien había robado una moto. Y el grupo pensó que había sido ella.
A la mala suerte de haber ido por el lugar incorrecto en el momento incorrecto, se sumó que tanto su moto como la sustraída eran del mismo color y marca. Aunque eso era lo único en común, porque se trataba de modelos bien distintos. Sin embargo, en su furia, los violentos no se detuvieron en detalles.
Como consecuencia del choque contra el árbol, la víctima sufrió esguinces en ambos pies. Además, perdió el calzado. De hecho, para escapar de la agresión, corrió varios metros descalza hasta que el dolor y la hinchazón le hicieron imposible seguir adelante. Ahí fue cuando cayó al piso y la alcanzaron.
"Esa persona que me ayudó me trajo mis zapatillas, me las puse pero luego de unos minutos no las soportaba. Los pies se me fueron hinchando", contó.
Hubo otro absurdo que conspiró contra aún más contra ella en medio de la confusión. Luego del choque y la agresión, la Policía pasó de largo porque en ese momento estaba avocada a buscar al verdadero ladrón, que se había llevado la moto similar a la suya apenas unos minutos antes. Por esta razón, en ese momento inicial no le tomaron la denuncia.
La denuncia en la policía de Trelew
Recién el jueves pudo formalizar la denuncia en la Unidad Regional de Trelew. Y ahora las autoridades investigan el hecho analizando las cámaras de seguridad de la zona.
"El único que se comunicó conmigo fue el chico al que le robaron la moto, pidiéndome disculpas por el accionar de sus compañeros. La moto no se parece en nada a la mía", señaló la damnificada.
El profesor de la academia también se contactó con ella y le aseguró que se hará cargo de los arreglos de su motocicleta. "Pero el mal momento no me lo saca nadie", dijo Carolina angustiada.
La víctima encontró algo de alivio al saber que, como el incidente ocurrió camino a su casa, está cubierta por la ART que paga su empleador. No obstante, todavía lidia con las secuelas físicas y psicológicas que le dejó la horrible situación que tuvo que vivir.
"Voy a estar meses para recuperarme. Todavía no tengo el resultado de la resonancia (magnética) para saber la gravedad de las lesiones y con el pasar de los días me siguen saliendo hematomas”, explicó.
Y añadió: “Me cambió mi rutina y mi vida por un error. Ahora no puedo caminar y estoy muy asustada. Estas personas tenían intención de matar”. Por eso, pidió Justicia por lo ocurrido. "Tengo tres hijas y me podrían haber quitado la vida", concluyó.
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