Entre fuego, amenazas y violencia: las reacciones de los vecinos por el pasado del gomero acusado de matar a Azul Semeñenko
La gomería del imputado por el transfemicidio se incendió en 2023. Rechazo y temor, las sensaciones en los testimonios de los vecinos de Toma La Familia.
A Roberto Daniel Sánchez —el único imputado por el transfemicidio de Azul Semeñenko —, los vecinos del barrio Belgrano lo describieron con una mezcla de bronca, temor y hartazgo. Su casa quedó custodiada por un móvil policial, tras el allanamiento donde se lo llevaron detenido, mientras él cumple prisión preventiva fijada por 8 meses por riesgo de entorpecimiento y de fuga.
"Decían que se la iban a prender fuego, entonces pusieron la custodia", indicó un vecino a LM Neuquén y recordó que durante la Navidad del 2023 un gran incendio desde la gomería consumió la casa. "Esa vez gente que había tenido problemas con él le quemaron la casa", fue la explicación que revuelve los antecedentes de extrema violencia en Toma La Familia.
La vivienda de Sánchez, de 59 años, donde según la fiscalía se cometió el transfemicidio de Azul, y luego su defensa lo admitió, está arriba de la gomería “Belgrano”. Detrás de la fachada amarilla y una gran rueda de camión que anuncia “El 22”, en el patio, al fondo, ladran los perros que los Bomberos salvaron de las llamas en Nochebuena, donde se acumulan pilas de neumáticos, herramientas oxidadas y restos de alambres.
Allí, entre ese caos, el equipo de Criminalística encontró fundas de almohada y sábanas con manchas que dieron positivo en sangre humana. Dentro de la gomería, hallaron un cuchillo de mango negro doble filo de 23 cm, tenazas y un hacha. En la casa, los peritos secuestraron lo que la fiscal del caso, Guadalupe Inaudi calificó como “evidencia contundente” porque completaba una escena criminal: rastros hemáticos en paredes, muebles, pisos, un cuchillo, una navaja y prendas de vestir que serían de Azul.
La abundancia de sangre mostró con el resultado de la autopsia: Azul recibió lesiones overkill, aquellas que por número, localización y severidad exceden la necesidad de causar la muerte, citando estudios de crímenes de odio, un patrón que se observa incluso en femicidios, cuando media la violencia de género. Inaudi describió que la calificación legal de homicidio triplemente agravado por saña destaca "la energía, el uso de distintos medios y la intensa hostilidad descargada" evidenciada en la "destrucción corporal".
Durante el allanamiento del 18 de octubre, los servicios periciales también requisaron la camioneta que tenía ploteado el nombre de la gomería. El vehículo resultó una pieza clave para identificar al imputado porque gracias al relevamiento de cámaras del Departamento de Seguridad Personal, el 25 de septiembre alrededor de la 1 de la madrugada fue a bordo de la Ranger que interceptó a Azul Semeñenko, en Santa Cruz y Félix San Martín, y se la llevó a su casa.
Luego, cámaras de comercios cercanos captaron por última vez la imagen de Azul con vida, bajando de la camioneta en la gomería de Copahue al 1100. El 26 de septiembre entre las 3:30 y las 3:50, el imputado la pegó a la casa y colocó, con gran dificultad, un elemento en el asiento trasero.
Durante la requisa, a simple vista no se observaban rastros visibles de sangre, aunque el reactivo químico utilizado permitió detectar manchas compatibles con sangre humana en distintos sectores del vehículo, mayormente en el lateral izquierdo, coincidente con las imágenes donde se observa al imputado cargando un bulto sobre ese sector. También se halló gran cantidad de sangre en el plástico de la puerta trasera izquierda y huellas de arrastre, indicios que refuerzan la hipótesis fiscal sobre el descarte del cuerpo de Azul Semeñenko hasta el canal de desagüe donde fue encontrado casi 20 días después por una pareja que paseaba.
Violento y problemático: el perfil que trazan los vecinos del transfemicidio
Consultados por LM Neuquén, ningún vecino se sorprendió de que Sánchez aparezca vinculado a un crimen de odio contra la identidad de género. No tuvo antecedentes penales, aunque dos legajos judiciales marcaron que en 2023 y en 2024 tuvo denuncias por lesiones leves y amenazas.
"A mí me amenazó de muerte", dijo una mujer que prefirió reservar la identidad, como todas las personas consultadas, y agregó que toda su familia sufrió hostigamiento. "El hijo de él me pegó, le metí una denuncia a los dos, le hicieron una orden de restricción y ahí bajó", recordó.
En este sentido, el joven protagonizó un episodio durante el allanamiento del sábado 18 de octubre, en la esquina de Copahue y Huerquén, donde la Policía tuvo que intervenir porque al grito de "no toquen a mi papá", el hijo del imputado intentó burlar las cintas perimetrales. Mientras, la dueña de un minimercado al lado de la gomería, también hija, solicitó retirar la mercadería y no volvió a abrir.
"Es mala persona, violento, siempre tuvo problemas con los vecinos, su ex pareja se escapó de la casa por violencia de género, un vecino le pegó para defender a su nuera", enumeró otra persona consultada. Según los comerciantes, sus hábitos nocturnos eran comprar alcohol hasta el cierre del último almacén cercano.
Durante la audiencia de formulación de cargos, el defensor de Sánchez reconoció el hecho, pero intentó presentarlo como un homicidio cometido “bajo emoción violenta”, delito que -con ese atenuante- prevé una pena de 1 a 3 años. Sostuvo que el hombre, bajo los efectos del alcohol y las drogas, habría reaccionado luego de que Azul —a quien llevó a su casa por un encuentro sexual— se “descontrolara” y le arrojara un perfume que rompió un televisor. En este sentido, también propuso que se trató de un homicidio simple y solicitó prisión domiciliaria.
El juez Juan Manuel Kees rechazó ese argumento por falta de evidencia. En cambio, valoró a la fiscal Inaudi, quien presentó un cúmulo de pruebas que ubican el transfemicidio en ese domicilio, y encuadró el tipo penal más grave, con pena de prisión perpetua: homicidio triplemente agravado por ensañamiento, odio a la identidad de género y violencia machista.
"El gomero consumía, era adicto, ahí paraban a drogarse, y tenía a una pibita de la calle laburando, una fisura, le pegaba siempre hasta que ella se le fue por suerte, hace poco", mencionó otra persona de Toma La Familia.
La hipótesis principal que lo ubica a Sánchez ejecutando el crimen y el descarte del cuerpo sin colaboración de terceros, generó sorpresa en Toma La Familia, pero una certeza: "no puede hacer ese solo, aunque igual, ¿por qué no?, el tema es que no hay casa al frente, es normal los gritos porque se la pasaba gritando todo el tiempo, era desagradable, ojalá tiren abajo la gomería, se tiene que pudrir en la cárcel".
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