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La Mañana Columna de Opinión

Un verano sin certezas

Un plan de vacunación masiva parece ser la única medida que nos permita volver a la normalidad.

Nadie hubiera imaginado en marzo, cuando se anunció la pandemia a nivel mundial, que los argentinos llegaríamos a fin de año con la misma incertidumbre de entonces.

Todos pensamos lo que la mayoría: sería una cuestión de tres o cuatro meses hasta librarnos de este maldito virus que estaba golpeando al mundo. Los controles y la responsabilidad social serían más que suficiente.

A medida que pasaba el tiempo, notamos que el famoso “pico” de la curva no aparecía nunca, aunque nos conformábamos porque la humanidad veía a nuestro país como un ejemplo a seguir: una cuarentena relativamente estricta, poca saturación del sistema de salud y, lo que era más importante, muy poca cantidad de muertos.

Pero las cosas no fueron como las planeadas: el bendito pico nunca apareció, los contagios se multiplicaron por miles, igual que los muertos.

Hoy, a poco más de un mes para que termine el año, los argentinos seguimos con la misma incertidumbre, pese a que la gran mayoría de las medidas se flexibilizaron de prepo, más por la presión de la gente que por la convicción de las autoridades. Quedan como saldo un derrumbe económico sin precedentes, una cantidad de víctimas alarmantes que seguirá creciendo, y un año educativo perdido que, a esta altura, parece no importarle a nadie.

¿Cómo se imaginan que serán las fiestas de fin de año? ¿Cómo pasaremos las vacaciones? ¿Cuándo llegará la vacuna que permita inmunizar a gran parte de la población? ¿Tendremos una segunda ola de contagios más fuerte?

Por ahora son nada más que preguntas frente a una temporada de verano que se muestra tan tentadora como amenazante.

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