Dos jóvenes asesinados por el narco y otro que sobrevivió de milagro en Senillosa nos ponen en alerta.
La pregunta de fondo es si en verdad existe voluntad política para frenar la dinámica narco, ya que en sus filas hay involucrados empleados públicos y punteros con un marcado manejo territorial.
Hay algunas señales que se puedan interpretar como positivas. Al líder de Los Champú, el Bolita Alveal, le soltaron la mano y finalmente la Justicia lo puso tras las rejas por una mejicaneada. A esto se suma que se creó en la Policía la Dirección Antinarcóticos, lo que supone que habrá un trabajo más profundo contra el microtráfico.
En ese sentido, resta que el Gobierno tome la decisión de adherir a la ley nacional de estupefacientes para asumir localmente la guerra contra los kioscos de droga que proliferan en los barrios y que les consumen la vida a nuestros pibes.
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