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La Mañana Columna de Opinión

A voluntad de cada uno

Empieza el operativo vacunación contra el COVID-19. El entusiasmo y la resistencia tienen sus cultores.

Se partidizó la pandemia más temprano que tarde. ¿Por qué no iba a suceder algo similar con el operativo de vacunación? Con las cartas echadas, o las facciones jugadas detrás de sus credos, el gobierno nacional no tuvo más remedio que darle carácter voluntario a la vacunación, aunque esa decisión ponga en juego la inmunidad de rebaño, que es el fin último de todas las vacunas.

En principio, en la Casa Rosada dieron por sentado que el operativo de vacunación contemplaría la obligatoriedad de someterse al mismo, pero después fue cambiando la idea al ritmo que crecía la resistencia impulsada por sectores mediáticos y de la oposición. Antes había sucedido lo mismo con la resistencia a las restricciones de la cuarentena. Se parecen los colectivos anticuarentena con los antivacunas, como se parecen los procuarentena y provacunas.

Con la cuarentena era claro que a menor movimiento de personas era más lento el desarrollo de la pandemia. Lo sucedido hasta acá lo confirmó. El pico de casos coincidió con el mayor movimiento de personas desde fines de marzo. Se retardó notablemente respecto al pico en otros países, en los que la cuarentena inicial no fue tan restrictiva como la de Argentina.

Con la vacunación se sabe que mientras mayor sea la cantidad de población que acceda más factible será conseguir la inmunidad de rebaño. La decisión será individual, a diferencia de lo que ocurre con las vacunas del calendario oficial.

Contra el COVID, al final cada uno decidirá si se vacuna o no. De todos modos, la decisión no es suficiente para recibir la dosis anticoronavirus. Depende también de la disponibilidad de vacunas. Llevará tiempo.

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