¿El café y el té provocan cáncer? La ciencia responde
Investigaciones científicas exploran la relación entre el consumo de café y té y el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer.
El café y el té forman parte de los hábitos de consumo de millones de personas. Numerosos estudios buscan establecer su relación con enfermedades crónicas, incluyendo el cáncer. Si bien existe evidencia sobre posibles efectos beneficiosos en el sistema cardiovascular, la relación con el desarrollo de tumores resulta menos clara.
Una investigación publicada este año en la revista Cancer analizó datos de catorce estudios previos. Según ese análisis, un consumo elevado de café y té podría asociarse con una leve reducción del riesgo de ciertos tipos de cáncer, en particular en cabeza y cuello. Otras revisiones indicaron asociaciones menos consistentes con tumores de hígado, endometrio y colon. La falta de uniformidad en los resultados impide llegar a conclusiones definitivas.
Compuestos en evaluación y posibles efectos
La doctora Caroline Um, de la Sociedad Americana del Cáncer, estudia la influencia de estas bebidas en el desarrollo de tumores. En 2020, sus estudios indicaron una menor incidencia de cáncer colorrectal en consumidores frecuentes de café. Actualmente, investiga si el té podría mostrar efectos similares.
Diversos estudios se enfocaron en los polifenoles, compuestos presentes en ambas bebidas. En pruebas de laboratorio, estas sustancias exhibieron propiedades antioxidantes y anticancerígenas. Sin embargo, los resultados en células no garantizan el mismo efecto en el organismo humano.
La presencia de cafeína también fue objeto de análisis. Investigaciones recientes sugieren que el café descafeinado podría ofrecer beneficios similares, lo que indica que otros componentes podrían influir en la relación entre estas bebidas y el cáncer.
Posibles riesgos y necesidad de mayor investigación
Algunas investigaciones indicaron que el consumo de grandes cantidades de té podría asociarse con un ligero aumento del riesgo de cáncerde laringe. Un posible motivo sería la teofilina, sustancia que podría alterar la presión en el esfínter esofágico, facilitando el reflujo gastroesofágico, un factor de riesgo conocido.
Otro análisis observó que, pese a los efectos protectores del café sobre el colon, un consumo elevado de cafeína podría asociarse con una mayor presencia de ciertos tumores en el tracto digestivo. Una explicación posible es la influencia de la microbiota intestinal y la manera en que el organismo metaboliza los compuestos presentes en estas bebidas.
Estos hallazgos refuerzan la necesidad de profundizar en la investigación. Aún no resulta posible determinar con certeza si el café y el té pueden prevenir ciertos tipos de cáncer, si su impacto varía según el contexto o si, en algunos casos, podrían incrementar el riesgo.
En tanto, la ciencia continúa explorando los efectos de estas bebidas en la salud. Los estudios sugieren una posible relación con la reducción del riesgo en algunos tipos de cáncer, pero los datos disponibles todavía no permiten establecer recomendaciones firmes. Se requiere mayor investigación para comprender el impacto del café y el té en la incidencia de tumores y determinar si su consumo podría formar parte de estrategias de prevención. Solo el futuro nos dirá si el café o el té realmente tienen consecuencias en nuestra salud.
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