Locura: crearon una torta con robots y baterías comestibles
Parece un chiste, pero es real: científicos inventaron una torta que enciende luces y mueve muñequitos. ¡Y podés comértela!
Un equipo de científicos europeos desarrolló una torta futurista que combina alta cocina y robótica comestible. El proyecto, bautizado como RoboCake, representa un paso hacia el cruce entre tecnología, alimentación y sostenibilidad. Detrás de esta creación se encuentran investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), el Instituto Italiano de Tecnología (IIT) y la Escuela de Hostelería de Lausana.
Aunque suena a ciencia ficción, esta torta funciona de verdad: cuenta con componentes que permiten que sus luces LED se enciendan, y unos simpáticos ositos de gelatina en su superficie pueden moverse al aplicar aire desde el exterior. Todo esto se logra sin usar materiales sintéticos ni peligrosos. Todo es comestible.
Pero más allá del asombro, RoboCake forma parte de un proyecto más amplio, financiado por la Unión Europea, que busca explorar cómo la robótica puede integrarse a la alimentación de formas innovadoras, funcionales y sostenibles.
Una batería que se puede masticar
En el interior del pastel, las luces LED reciben energía desde pequeñas baterías recargables fabricadas con ingredientes que cualquiera podría encontrar en una cocina. La estructura de estas baterías incluye chocolate, carbón activado, vitamina B2 y quercetina, un compuesto presente en frutas y verduras.
Al probar estas baterías, lo primero que se percibe es el sabor dulce del chocolate, seguido de un leve picor causado por los electrolitos utilizados en su interior. Así lo explicó Valerio Galli, estudiante de doctorado del IIT y uno de los impulsores del proyecto.
Los responsables aseguran que todos los ingredientes son seguros para el consumo humano. Además, el sistema de movimiento de los ositos decorativos, hecho con sirope, gelatina y colorantes comestibles, funciona gracias a una cavidad interna que se llena de aire, sin necesidad de circuitos ni motores tradicionales.
Tecnología con sabor a futuro
RoboCake no solo busca sorprender. También se presenta como símbolo de una nueva dirección en la investigación tecnológica vinculada al mundo de la alimentación. Según detallaron desde la EPFL, una de las metas del proyecto RoboFood consiste en desarrollar formas de entregar alimentos en contextos difíciles, como zonas de conflicto o regiones con escaso acceso a recursos.
Otra línea de trabajo está orientada a reducir el desperdicio de componentes electrónicos, explorando materiales biodegradables y comestibles. Si se logra integrar tecnología en productos alimenticios que, además de cumplir una función, puedan consumirse o desecharse sin dejar residuos peligrosos, se abriría una vía completamente distinta en la relación entre el ser humano, la comida y la innovación.
El equipo europeo, que cuenta con el apoyo de universidades de Suiza, Italia, Reino Unido y Países Bajos, prepara ahora la presentación oficial del RoboCake en la Exposición Universal de Osaka, recientemente inaugurada en Japón. Allí, esperan despertar el interés de chefs, científicos y empresas por esta mezcla inesperada de robótica, sabor y diseño.
El menú del mañana
El proyecto RoboFood dispone de un presupuesto de 3,5 millones de euros y convoca a especialistas de múltiples disciplinas. Lo que comenzó como un experimento en un laboratorio de ingeniería podría terminar en la mesa de un restaurante de vanguardia o incluso como una herramienta para misiones humanitarias.
Más allá del espectáculo visual y gustativo que propone RoboCake, la pregunta de fondo es clara: ¿puede la comida del futuro incluir circuitos, sensores y movimiento, sin perder su condición de alimento? Por lo pronto, los ositos de gelatina robots ya lo están intentando.
Te puede interesar...
Lo más leído
Leé más
Síndrome de Diógenes: el trastorno silencioso que afecta a mayores de 65 años
Noticias relacionadas
Dejá tu comentario