Los misterios ocultos detrás de la "posición del misionero"

La postura sexual más conocida es la del misionero, en la que uno de los miembros de la pareja se tumba de espaldas y el otro se coloca encima. Pero, ¿cuál es el origen de este nombre? El medio especializado IFL Science abordó esta pregunta.

En dicho medio, se explicó que la teoría más común, es decir, que procede de los misioneros europeos cristianos en el nuevo mundo, África, Oceanía y Asia, podría ser en realidad un malentendido.

Este malentendido está vinculado a uno de los sexólogos más famosos del siglo XX, el estadounidense Alfred C. Kinsey (1895-1956). Desde siempre se ha considerado que el nombre proviene de las enseñanzas de los misioneros, quienes veían esta postura como la más decente y más alejada de las prácticas animales. Kinsey, en su obra "Sexual Behavior in the Human Male" (Comportamiento sexual en el varón humano), ofreció esta explicación basándose en una obra anterior de Bronisaw Malinowski, "La vida sexual de los salvajes en el noroeste de Melanesia" (1929).

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La tradicional posición del misionero

Según esta obra, los indígenas de Melanesia despreciaban la posición europea y la consideraban poco práctica e inadecuada, llegando a burlarse de ella y bautizándola como 'postura del misionero'. "Se recordará que Malinowski documenta el uso casi universal de una posición totalmente diferente entre los trobriandeses... y que las caricaturas de la posición angloamericana se realizan alrededor de las hogueras, para gran diversión de los nativos, que se refieren a la posición como la posición del misionero", escribió Kinsey.

Una explicación diferente del misionero

Sin embargo, un interesante artículo escrito por Robert J. Priest en 2001 explica por qué hay muchas lagunas en esta historia convencional. Priest describe la historia del origen como una "leyenda urbana" y menciona que los habitantes de Trobriand se reúnen para tocar y cantar canciones burlonas, pero solo bajo la luna llena y nunca alrededor de una fogata. Además, añade que solo asociaban la postura con "comerciantes, plantadores o funcionarios blancos", sin mencionar a los misioneros, por lo que fue Kinsey (o Malinowski) quien añadió el nombre.

Kinsey se basó en las observaciones de Malinowski para proponer su explicación. En sus estudios sobre las prácticas sexuales de diversas culturas, Malinowski destacó la diferencia entre las posiciones sexuales preferidas por los indígenas y las posiciones europeas. Esta diferencia cultural llevó a los trobriandeses a burlarse de la postura europea, dándole el nombre de 'postura del misionero'.

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No obstante, la investigación de Priest revela que esta explicación puede ser más compleja de lo que parece. Priest argumenta que la postura del misionero fue asociada erróneamente con los misioneros debido a las interpretaciones y narrativas construidas por los estudiosos occidentales. Según su investigación, los trobriandeses no vinculaban específicamente la postura con los misioneros, sino con los europeos en general, como comerciantes y funcionarios.

La idea de que los misioneros promovían la postura del misionero como la más decente y moralmente aceptable pudo haber sido una construcción occidental para justificar la superioridad cultural. Esta narrativa se perpetuó a lo largo del tiempo y fue adoptada por sexólogos como Kinsey, quien popularizó la explicación en su influyente obra.

La historia detrás del nombre 'postura del misionero' es un ejemplo fascinante de cómo las interpretaciones culturales y las narrativas históricas pueden influir en nuestra comprensión de las prácticas sexuales. La investigación de Priest invita a cuestionar las explicaciones convencionales y a considerar las complejidades culturales que subyacen en las historias que damos por sentadas. La postura del misionero, aunque común y convencional, tiene un origen lleno de matices y malentendidos que reflejan las interacciones entre culturas y las interpretaciones de los estudiosos a lo largo del tiempo.