Miedo: científicos desarrollan un ChatGPT capaz de leer la mente
Un nuevo estudio demuestra cómo la tecnología de Inteligencia Artificial puede descodificar escáneres cerebrales de forma no invasiva.
Investigadores de la Universidad de Texas en Austin desarrollaron un sistema de inteligencia artificial (IA) capaz de interpretar y reconstruir los pensamientos humanos. Estos científicos acaban de publicar un artículo en Nature Neuroscience en el que exploran el uso de la IA para traducir de forma no invasiva los pensamientos humanos en palabras en tiempo real.
Según los investigadores, los métodos actuales para descodificar los pensamientos en palabras son invasivos, es decir requieren una implantación quirúrgica, o limitados en el sentido de que "sólo pueden identificar estímulos de entre un pequeño conjunto de palabras o frases". El equipo de Austin sorteó estas limitaciones entrenando una red neuronal para descodificar señales de resonancia magnética funcional (IRMF) procedentes de múltiples áreas del cerebro humano simultáneamente.
Para llevar a cabo este experimento, los investigadores hicieron que varios sujetos de prueba escucharan horas de podcasts mientras una máquina de IRMf registraba de forma no invasiva su actividad cerebral. Los datos obtenidos se utilizaron para entrenar al sistema en los patrones de pensamiento de un usuario concreto.
Tras el entrenamiento, se volvió a monitorizar la actividad cerebral de los sujetos de prueba mientras escuchaban podcasts, veían cortometrajes e imaginaban en silencio que contaban una historia. Durante esta parte del experimento, el sistema de IA recibía los datos de IRMf de los sujetos y descodificaba las señales en lenguaje llano en tiempo real.
Según un comunicado de prensa de la Universidad de Texas en Austin, la IA fue capaz de acertar aproximadamente el 50% de las veces. Los resultados, sin embargo, no son exactos: los investigadores diseñaron la IA para que transmitiera las ideas generales que se pensaban, no las palabras exactas que se pensaban.
Afortunadamente para quienes teman que la IA se infiltre en sus pensamientos en contra de su voluntad, los científicos tienen muy claro que esto no es posible en la actualidad. El sistema sólo funciona si está entrenado con las ondas cerebrales de un usuario concreto. Esto lo hace inútil para escanear a individuos que no hayan pasado horas proporcionando datos de IRMf. E incluso si esos datos se generaran sin el permiso del usuario, el equipo concluye finalmente que tanto la descodificación de los datos como la capacidad de la máquina para monitorizar los pensamientos en tiempo real requieren la participación activa de la persona escaneada.
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