Una allense y un neuquino llegaron a la instancia final de la competencia con el mejor puntaje y bailarán este sábado en busca del título. Conocé su historia.
Cynthia Palacios y Sebastián Bolívar se conocen desde siempre. Ella nació en Allen y él en Neuquén capital, pero su amor por la danza y especialmente por el tango los congregó desde la más temprana juventud en los mismos espacios, que eran las salas de ensayo, las milongas y los escenarios de todo el Alto Valle. Aunque bailaban para compañías rivales, hace tres años se descubrieron como pareja, y hoy enfrentan una posibilidad concreta de convertirse en campeones mundiales de tango.
"Los dos bailábamos tango desde muy chiquitos, en ballets de tango coreográfico que en ese momento se llamaba fantasía", explicó la bailarina sobre sus inicios en la danza, cuando los dos hacían piruetas y pasos estilizados sobre el escenario en compañías de baile rivales, por lo que se enfrentaban en las competencias.
"Con el correr de los años, nos fuimos haciendo grandes y nos encontrábamos en las milongas de todo el Valle", relató ella. Sebastián, que hoy tiene 25 años, se fue a vivir a Buenos Aires y Cynthia, que cumplió 32, se quedó dando clases de danza en su ciudad natal, pero en algunas ocasiones se encontraban para milonguear y se fundían en un abrazo al ritmo del tango.
Su vínculo como pareja nació, sin embargo, a miles de kilómetros de distancia. Sebastián se había trasladado a Jordania y comenzaron a intercambiar mensajes donde surgió una complicidad que dejaba muy atrás sus competencias de danza. Meses después, pensaron en la posibilidad de bailar juntos.
En enero de 2019, Sebastián regresó a Neuquén por una invitación para bailar en un evento, y la convocó a Cynthia como compañera de baile. "Él se había quedado sin compañera y probamos juntos a ver si funcionaba", explicó la joven. Esos fueron los primeros pasos de un vínculo que sigue hasta hoy.
Consolidados como pareja, los dos se instalaron en Allen, en una casa donde apartaron un espacio con espejo para ensayar. De a poco, fueron explorando el estilo que mejor les sentaba, y compitieron en la edición 2019 del Mundial, cuando llevaban apenas siete meses bailando juntos. En esa ocasión, se quedaron con el octavo lugar en la categoría Tango Pista, una versión más íntima y austera que el tango coreográfico en el que solían competir.
Al ritmo de esa música recorrieron también Europa, y tenían pensado regresar en 2020, pero la pandemia complicó sus planes. "Íbamos a volver en marzo de 2020 pero cancelamos por el tema COVID, le cambiamos la fecha nuestro pasaje para marzo de 2022. Por suerte, la pandemia nos agarró cerca de nuestros familiares", dijo Cynthia.
Sin embargo, el confinamiento no logró frenar sus ganas de bailar, por lo que invirtieron su tiempo de encierro para perfeccionar todavía más su técnica. Gracias al auge de las clases virtuales, Cynthia y Sebastián pudieron tomar lecciones de baile desde su pequeña pista casera y con profesores muy reconocidos de la escena nacional. "Pudimos tomar con maestros que normalmente están siempre afuera y nuca los enganchas acá para aprender con ellos", explicó la bailarina.
“Venimos preparando nuestro baile personal y, en conjunto, durante mucho tiempo. Desde el primer día hasta hoy, nunca dejamos de tomar clases. Creemos que el tango nunca deja de demostrarte que siempre se aprende algo nuevo. Durante toda la pandemia continuamos estudiando de manera virtual”, afirmó, por su parte, Sebastián.
También usaron ese pequeño salón de su casa para dictar clases individuales o de solo una pareja, con el fin de cumplir los protocolos sanitarios que impuso la pandemia. Fue entonces cuando proyectaron la posibilidad de competir otra vez en el Mundial, que este sábado tendrá su gran final en un escenario montado cerca del Obelisco, en Buenos Aires.
"Tomamos clases con maestros muy reconocidos para absorber estilos diferentes y tener una búsqueda más amplia", afirmó ella, y agregó: "Nos sentimos mucho más sólidos, encaminados al estilo y tipo de tango que queríamos bailar juntos". Según explicó, sus profesores los acompañan durante toda la competencia para cuidar hasta los últimos detalles, que incluyen hasta el uso adecuado del vestuario.
“Luego de 1.200 kilómetros de viaje llegamos a la hermosa Buenos Aires, que tiene ese qué sé yo. Siempre esperamos, como muchos otros bailarines, a que llegue la época del Mundial, venir acá, reencontrarnos con amigos y disfrutar del Festival. Siempre con el sueño de ser campeones”, explicó el bailarín.
Cynthia y Sebastián pasaron a las semifinales con el mejor puntaje, y obtuvieron el mismo nivel en su paso a la final. Por eso, se toman la competencia del sábado con mucha tranquilidad. "Decidimos tomarlo con mucha calma porque en cada instancia va cambiando el jurado, son criterios diferentes", dijo y agregó: "Vamos tranquilos, disfrutando la experiencia de bailar juntos después de este tiempo".
Aunque no quiso repetir frases trilladas, Cynthia aseguró que lo más importante de la competencia es disfrutar cada segundo de la canción. "Lo importante es que la pasemos bien, por que eso se nota", aseguró.
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