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La Mañana crimen

Confesó un crimen después de recibir la inyección letal

Ocurrió en Estados Unidos. Lo ejecutaron por matar a su esposa y violar a su hija. Pero había más horror y lo dejó dicho en una carta.

David Neal Cox, un hombre que fue ejecutado el pasado 17 de noviembre tras declararse culpable de matar a su exesposa Kim Kirk y agredir sexualmente a su pequeña hija mientras su madre agonizaba, dejó una estela de horror adicional a su salvajismo. Ahora se supo que además fue él quien había asesinado a su cuñada, y las autoridades se enteraron por una carta que él mismo dejó.

Cox, de 50 años, había agotado las apelaciones y presentó documentos judiciales considerándose a sí mismo "digno de muerte". Su ejecución fue la primera con una inyección letal en el estado de Mississippi, Estados Unidos, en los últimos nueve años. Antes de morir, Cox dejó precisas instrucciones sobre el paradero de los restos de su cuñada Felicia, informó John Weddle, fiscal del Primer Circuito del norte de Mississippi. Este testimonio final podría ayudar a cerrar un caso que llevaba más de 14 años sin resolverse.

Dos días después de ser ejecutado, el 19 de noviembre, los abogados de Cox entregaron en persona una carta de su cliente al fiscal de distrito en la que, además de los detalles del asesinato, el recluso acordó renunciar al privilegio abogado-cliente después de su muerte. En el escrito Cox reveló el otro crimen. El fiscal no indicó la ubicación del cuerpo que Cox proporcionó, pero aseguró que está en el condado de Pontotoc y agregó que los investigadores se están preparando para comenzar los esfuerzos de recuperación junto a expertos en arqueología y antropología de la Universidad Estatal de Mississippi.

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La hijastra de Cox, acusado del crimen de su esposa y el de su cuñada, el cual confesó a través de una carta. Su muerte se dio tras recibir una inyección letal.

La hijastra de Cox, acusado del crimen de su esposa y el de su cuñada, el cual confesó a través de una carta. Su muerte se dio tras recibir una inyección letal.

A Cox lo ejecutaron en la noche del 17 de noviembre en la Penitenciaría Estatal de Mississippi, en Parchman. El asesino vestía un traje rojo de prisión y estuvo cubierto por una sábana blanca durante la ejecución. Anchas correas de cuero lo sujetaban en una camilla. "Quiero que mis hijos sepan que los amo mucho y que fui un buen hombre en un momento", dijo Cox justo antes de recibir la inyección letal. "Nunca leas nada más que la Biblia King James", dijo. Cox agradeció también al Comisionado Estatal de Correccionales, Burl Cain, por "ser muy amable conmigo. Y eso es todo lo que tengo que decir". Esas fueron sus últimas palabras. Cox dio varios respiros profundos después de que los químicos letales comenzaron a fluir a través de un tubo de plástico transparente hacia su cuerpo, y su boca se movió un poco. Fue declarado muerto a los pocos minutos.

Cox se declaró culpable en 2012 de asesinato y también de varios otros cargos, incluida la agresión sexual, pero nada hacía prever que su plan macabro incluía revelar la muerte de su cuñada.

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Cox, acusado del crimen de su esposa y el de su cuñada, el cual confesó a través de una carta. Su muerte se dio tras recibir una inyección letal.

Cox, acusado del crimen de su esposa y el de su cuñada, el cual confesó a través de una carta. Su muerte se dio tras recibir una inyección letal.

Entre los que presenciaron la ejecución se encontraba la hijastra de Cox, que ahora tiene 23 años. Ella tenía 12 años cuando el criminal la agredió sexualmente tres veces frente a su madre herida mientras los retenía a ellos y a uno de sus hermanos menores como rehenes. Todo ocurrió en la madrugada del 14 y el 15 de mayo de 2010 en el pequeño pueblo de Sherman. La ejecución de Cox generó polémicas y pedidos de suspensión de asociaciones que se oponen a la pena capital.

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