Un joven neuquino que llegó hace cuatro años a la localidad impulsa la práctica de esta disciplina, basada en el equilibrio y la concentración.
Los desafíos en la vida están para enfrentarlos, combatirlos y ganarlos. La pasión y la convicción en uno mismo son los factores esenciales para conseguir el triunfo. No importan los tiempos, solo es cuestión de constancia. Así lo entiende y la practica Guillermo Nahuelan, un joven neuquino que desde hace dos años viene impulsando la práctica del slackline en distintos puntos de la ciudad, en especial en la Costanera sobre el río Nahueve.
Por las tardes, Guillermo llega a este espacio recreativo y ante la mirada y atención de los vecinos comienza el sano ritual de montar la conocida cinta plana. Busca dos árboles y, con cuidado, prepara los anclajes y la cuerda queda lista para practicar esta disciplina que navega en los mares del deporte y el arte. Lo único cierto es que la concentración en lograr el equilibrio en una pequeña altura logra despertar en las personas un momento de distracción y relajación mental: una verdadera terapia en días difíciles.
“El slackline es conocido en la lengua española como "cinta tensa". Es un deporte de equilibrio en el que se usa una cinta que se engancha entre dos puntos de anclaje, generalmente árboles, y se tensa”, explica Guillermo en diálogo con LM Neuquén. Agrega que, a diferencia de otras disciplinas parecidas, “en el slackline se camina sobre una cinta plana de nylon o poliéster y no se usa ninguna herramienta para ayudarse a mantener el equilibrio, como pueden ser varas u otros elementos acordes.
El desafío del equilibrio y el cuidado de la naturaleza
Guillermo Nahuelan, de 29 años, es oriundo de Neuquén capital y reside en Chos Malal desde hace cuatro años. Trabaja en una escuela rural y en sus tiempos libres practica esta actividad que pretende posicionar en la población para que grandes y chicos tengan la posibilidad de conocer los innumerables beneficios que se desprenden de su práctica.
“El deporte se llama slackline, es una disciplina que consiste en hacer equilibrio sobre una cinta. Hay cintas de 1 pulgada o un poco más gruesas donde se pueden hacer saltos. Esta disciplina se puede practicar en plazas o en montañas. Cuando no estamos en la montaña, venimos a la plaza a practicar los equipos, a jugar con el cuerpo”, contó Guillermo.
Asimismo resaltó que “hace varios años realizo esta disciplina y la idea es cuidar la naturaleza, compartir, divertirse y hacer mucha actividad física. Acá en Chos Malal hace dos años que lo hago, es algo bastante nuevo. Estaría buenísimo poder difundir todo sobre este deporte y que lo practiquen los más chicos y los más grandes”, se ilusionó.
En relación a sus esfuerzos por imponer la práctica de esta sana disciplina deportiva y recreativa, contó que “se han hecho actividades de un día, pero como que falta impulsar también la constancia en el deporte. Esto lo hago por diversión, yo soy profesor de Educación Física y trabajo en la escuela rural de Naunauco. A veces lo hemos llevado ahí para algún evento y es increíble como los chicos quedan enganchados con la actividad”.
Tiene múltiples beneficios saludables
El joven neuquino no ceja en sus esfuerzos y seguirá trabajando para que cada vez más la especialidad se vaya conociendo y difundiendo y que sin prisa pero sin pausa también vaya ganando adeptos. “Está buenísimo porque simplemente es jugar con tu cuerpo, no necesitas más de dos árboles. Es jugar con el equilibrio aunque al principio cuesta un poco porque queremos que salga todo rápido, pero lleva un tiempo encontrarse. Es una sensación que no hay en otro juego, es el poner a prueba a todo”, recalcó.
Con respecto a los elementos que se utilizan para desarrollar la disciplina, señaló que “estas cintas no se rompen, están hechas para esto. Cuando nos juntamos, lo importante es la seguridad para que los chicos puedan seguir creciendo. Yo conocí esto gracias a una asociación de Neuquén llamada "Slackline Neuquén", que es un grupo de personas que hace mucho tiempo se puso a dar escuela, a poner equipos en las plazas y así fuimos comprando nuestros propios equipos para participar del deporte. Ahí es donde más se difundió por lo menos es donde yo lo aprendí y los chicos siguen practicando en Neuquén y también en la ciudad de Zapala”.
Te puede interesar...
Lo más leído
Dejá tu comentario