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La Mañana Educación

El sueño de estudiar en la UNCo no es imposible

Permite cursar carreras de grado a quienes no terminaron la secundaria.

Neuquén.- Para los jóvenes y adultos que abandonaron la escuela secundaria, la universidad no parece más que un sueño imposible que exige no sólo el compromiso con una carrera, sino un engorroso paso previo: volver a las aulas del nivel medio. Para ellos, la educación superior ofrece la alternativa de rendir un examen e ingresar de forma directa a la vida universitaria.

Desde la sanción de la Ley 24521 de Educación Superior, en 1995, todas las universidades del país dan la posibilidad de que los mayores de 25 años sin título secundario rindan una serie de exámenes para iniciar el cursado de una carrera de grado.

A pesar de su escasa difusión, unos 140 alumnos se anotan cada año en esta propuesta de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) para rendir a fin de año seis exámenes, de lengua, matemática, ciencias sociales, biología, química y física. Quienes aprueben al menos cuatro de estas pruebas, pueden presentarse más tarde a dos recuperatorios.

Daniela Coria, integrante de la Dirección de Orientación e Ingreso de la UNCo, explicó que la alta demanda de inscriptos en agosto se desluce cuando llega la hora de los exámenes. “De esos 140, sólo unos 15 se presentan, quizás por temor a la dificultad de las pruebas”, dijo, y explicó que, en la mayoría de sus ediciones, apenas dos o tres alumnos salen airosos de la evaluación. Ante ese panorama, esta dirección inauguró este año una nueva instancia de acompañamiento para los mayores de 25 años que quieran aprovechar la oportunidad. Además de un encuentro informativo con los aspectos generales del programa, ofrecerán talleres de cada materia con docentes especializados en el área.

Del mismo modo, se realizarán talleres mensuales de estrategias de estudio y organización del tiempo, dos herramientas fundamentales para los futuros alumnos que, en muchos casos, han perdido el hábito de estudio y, por su edad, cuentan con más obligaciones que los jóvenes de 18 que recién egresan del secundario.

El objetivo de los talleres es acompañar a los interesados durante el proceso previo al examen, con el fin de que sus trabajos u obligaciones domésticas no sean impedimentos para rendir con éxito las seis pruebas que, si bien no les otorgan un título secundario, sí los habilitan para ingresar a cualquier carrera de la UNCo.

Santiago saca provecho de la oportunidad

Para Santiago Valor Ramírez, la necesidad de trabajar lo llevó a dejar el secundario y dedicarse de lleno a la actividad agropecuaria en la localidad pampeana donde vivía. Si bien asegura que la falta de un título nunca lo limitó porque trabajaba en una empresa familiar, siempre deseó retomar los estudios.

Avizoraba la crisis de la actividad, por lo que decidió estudiar Ingeniería en Petróleo y apostar a un rubro más promisorio.

Así, el programa de la UNCo fue la mejor opción para sacarse de encima las materias pendientes del nivel medio.

Soraya superó obstáculos y disfruta con Geografía

La maternidad les puso freno a sus aspiraciones de cursar una carrera universitaria. Pero se animó y ahora está cumpliendo su sueño.

Soraya Córdova siempre quiso seguir estudiando e incluso lo intentó a los 15 años, cuando trataba de imponer su voluntad a las náuseas matinales que le provocaba su embarazo.

Pero a medida que se le hinchaba el abdomen, crecían también las dificultades para subir dos pisos por escalera a su aula de tercer año. La chica pensó que retomaría una vez que el bebé creciera, pero un segundo embarazo le hizo olvidar los libros por un tiempo que consideró eterno.

La escuela secundaria quedó como una materia pendiente, pero sentía que no podía volver a rodearse de chicos más jóvenes ni volver a copiar del pizarrón.

Quince años después, cuando se enteró del programa de la UNCo, se preparó con un profesor particular y rindió con éxito los seis exámenes para ingresar en la carrera de Geografía.

“Elegí la carrera porque veía que mis hijos sólo memorizaban en geografía y creo que hacen falta docentes que enseñen el aspecto social”, aseguró.

Cuando rindió, sus hijos ya crecidos le prestaban sus propios apuntes del secundario en materias como matemática, y ahora ella usa sus conocimientos para ayudarlos con su disciplina.

“Uno de mis hijos siempre se la lleva, así que lo ayudo en lo que puedo”, relata.

Ahora Soraya distribuye su tiempo entre los quehaceres domésticos, la crianza de sus hijos y la carrera de Geografía en la Universidad Nacional del Comahue.

La educación pública y gratuita sigue abriendo posibilidades en pos de la inclusión y de la igualdad de oportunidades, independientemente de la edad que se tenga.

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