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"El vino y el fútbol van de la mano. Un potrero es un terroir"

Belén Soler Valle es la responsable de vinos de potrero, un proyecto familiar que impulsa junto a su pareja, el ex futbolista y actual manager de Boca Nicolás Burdisso, en Valle De Uco, Mendoza.

Por Nico Visne / @nicovisne

Muchos años viviendo en Italia, aterrizando en diferentes ciudades, moviéndose por todos lados. Italia es inevitable a la hora de hablar de vinos. No solo por su tradición y calidad, sino porque te subís a algo, llámese, tren, auto o bicicleta y algún viñedo o huerta o finca te vas a cruzar.

Belén Soler Valle es licenciada en comunicación y su relación con el vino se hace más fuerte viviendo en territorio italiano. “Cuando Nicolás (Burdisso) no entrenaba, nos escapabamos a visitar bodegas. Amamos el vino”.

¿Cómo nace tu relación con el mundo vino?

Por el trabajo de Nicolás estuvimos viviendo durante 15 años en Italia. En realidad hace dos meses que volví a vivir en Argentina, en ese tiempo nos enamoramos y nos inspiramos de la cultura y de la tradición familiar que tiene Italia con el vino. Cuando Nico tenía un ratito libre, los lunes generalmente, nos íbamos a visitar a alguna bodega. Hemos vivido en Roma así que íbamos por Lazio o por Toscana o cuando vivíamos en Piamonte o en Torino, hemos vivido en varias ciudades y todas cercanas a viñedos y bodegas. Siempre te atendían los propios dueños, con los brazos abiertos, con un gran amor por la elaboración de vinos, te ofrecían una focaccia, te contaban historias. En el 2008 habíamos comprado una tierra en Gualtallary, Mendoza, tierra inculta que para los que no saben significa que no tenía ninguna plantación. Plantamos nosotros las vides y ya sabíamos el tipo de uva que nos iba a ofrecer Gualtallary. Entonces pensamos porque no hacer algo como lo que nos ofrecía esa gente en Italia, familiar, compartir con nuestros tres hijos, para crecer y para tener una pata en nuestro país que siempre lo extrañamos. Así nació vinos de potrero en 2014.

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Belén es licenciada en periodismo, cuando comenzó a relacionarse al vino estaba viviendo en Génova, sitio donde se formó como sommelier. “Italia tiene muchísimos tipos de uva, tiene que ver con su diversidad, te moves un poco y hacen un determinado plato típico, haces unos kilómetros más y hacen otro”.

En 2014 nació el proyecto elaborando cerca de 22 mil botellas. En la actualidad producen 100 mil con un portfolio de vinos que está muy bien. La marca Potrero tiene un tinto de malbec y un blanco de chardonnay. Un reserva y un gran reserva, ambos malbec. Como tope de línea, “Debut de Potrero”, formado por malbec, syrah y cabernet franc.

¿Qué similitudes ves entre los vinos que ustedes elaboran y algunos vinos de Italia?

Quizás los vinos de Cerdeña y Sicilia son los más parecidos a los nuestros porque los suelos son muy parecidos. Obviamente esas regiones de Italia tienen la cercanía del mar. Suelos pobres, áridos, se encuentran un poco ahí con el malbec. Sobre todo por los suelos.

¿Cómo se introduce y se avanza con un nuevo proyecto en Argentina teniendo en cuenta el mapa de vinos que existe?

La verdad que entrar en el mundo del vino no es fácil, no es para todos. Creo que uno entra por pasión y porque realmente le gusta mucho lo que está haciendo. Porque no es un negocio redondo ni mucho menos, sino todo lo contrario, uno tiene que pedalear mucho. Hasta ver los primeros resultados pueden pasar diez años. Lo lindo que tiene esto es la paciencia y jugar con la naturaleza. Estar en contacto permanente. Uno para hacer un vino tiene que esperar un año y si te salió mal después para volver a hacerlo tenes que esperar otro año, entonces es algo que realmente te tiene que apasionar. En simultáneo te tenes que diferenciar por la gran cantidad de hermosos proyectos de vinos con etiquetas hermosas. La verdad que hoy en día Argentina está produciendo vinos que están a la altura de cualquier ejemplo en el mundo. Para diferenciarse hay que saber contar la historia. Lo lindo de este mundo es el contacto con la gente, transmitir la pasión, así es mucho más fácil todo, contagiar la idea.

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¿Cómo llegaron a Gualtallary, Valle De Uco?

Compramos Gualtallary como una inversión en 2008. Recién en 2011 empezamos a pensar en el proyecto y en 2014 lo materializamos. Ideas de Italia hay un montón que me gustaría empezar acá. Nosotros al revés, tenemos la tierra, una uva espectacular, un enólogo (Bernardo Bossi Bonilla) que es un capo, al cual llegamos por recomendación y porque nos gustaban los vinos que hacía en Casarena, en Catena y por eso llegamos a él. De Italia me encantaría el día de mañana poner mi bodega, poder recibir a la gente. Me gusta lo familiar, la cantina, la casa, eso es lo que yo me quiero traer de allá para acá. Nosotros no tenemos bodega propia, elaboramos en bodega ajena. Nuestro sueño es que cuando la tengamos sea ciento por ciento sustentable.

¿Si pudieras traer una planta de Italia cual te traerias?

Ja, lo acabo de hacer!. Mi madre me trajo un sarmiento de barolo en una valija... que no se puede, pero aquí está...brotando. Mi intención es hacer hijitos y ponerla en Gualtallary, como hacían los inmigrante italianos acá.

¿Cuál es el público fuera del país que más aprecia los vinos de ustedes?

Sinceramente por lo que veo y siento, Estados Unidos y también Brasil, son muy fanáticos de nuestros vinos. Por otro lado Inglaterra en los restaurantes argentinos pega mucho.

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¿Dónde se tocan el vino y el futbol para vos?

Nosotros le ponemos Vinos De Potrero a la bodega porque cuando vamos a esta tierra inculta, sin ninguna plantación en el 2008, a conocer lo que ibamos a comprar, Nico me dice: “mirá parece un potrero”. Se refería al suelo, polvo, tierra, pozo, realmente era eso. Cuando luego hablamos con nuestro agrónomo, Marcelo Canatela, nos explica que las planta en Gualtallary tiene que sufrir muchísimo para buscar todos su nutrientes debido a la amplitud térmica. De día hace muchísimo calor, nosotros estamos a 1300 msnm, de noche hace frío, el suelo es pobre, la planta trabaja muchísimo y después da poca cantidad de uva pero muy cargada de color, de sabor, de aroma y de textura. Igual que el jugador de fútbol. El jugador que se forja en un potrero con patada, pozo, charco, pelota de trapo después se va a poder destacar en los mejores estadios del mundo. Hacemos esta analogía con el potrero y el terroir. Cuanto más pobre sea el potrero y el terroir mejores van a ser los resultados.La planta en Gualtallary que sufre el calor del día y el frío de la noche, después se luce en una botella con una superestructura, con un sabor y una calidad inigualable.

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